La tercera ronda del estudio de la UC y la ACHS mostró un deterioro del estado anímico en comparación a noviembre de 2020. También reveló un aumento de diez puntos en el sedentarismo de la ciudadanía.
El 22% de la población se siente sola, dos puntos porcentuales por encima de lo que se reportaba en noviembre pasado. La sensación es más intensa en el sur (24%), entre las personas de 45 a 54 años (26%), entre quienes están endeudados (40%) y entre quienes tienen dos o más condiciones consideradas crónica para enfrentar el covid-19 (29%).
Es una de las realidades que describe la tercera ronda del Termómetro de la Salud Mental elaborado por la Asociación Chilena de Seguridad y la Pontificia Universidad Católica, que dio a conocer sus resultados este martes. El estudio tiene como objetivo reportar de manera periódica la situación de la salud mental y su evolución en el tiempo a partir de una misma muestra representativa de la población nacional.
«Volvimos a ver resultados que confirman el gran desafío que tenemos como país en esta materia. Las circunstancias a las que nos hemos visto enfrentados durante esta pandemia le han puesto una lupa a problemas que estamos viendo hace algún tiempo», explicó la jefa de Riesgos Psicosociales de la ACHS, Daniela Campos.
El problema se evidencia también en variables como el porcentaje de la población que reporta no haber realizado ningún tipo de ejercicio físico en la semana anterior, identificado como un indicador de sedentarismo, que subió de un 30% en noviembre de 2020 a un 40% en abril de 2021. Aumentó también el consumo de alcohol considerado como «de alto riesgo», pasando de 9,5% a 12,2% en los mismos meses.
«Los resultados vienen a confirmar la línea tan fina que existe entre bienestar físico y mental, al mostrar una mayor presencia actual de problemas de salud mental, síntomas de depresión, deterioro del estado de ánimo, insomnio y problemas de soledad entre quienes reportaron padecer dos o más enfermedades crónicas o evaluaron su salud físico como mala o pobre», explicó la coautora del estudio y académica del Departamento de Psiquiatría de la UC, Antonia Errázuriz.
La proporción de personas que piensan que su vida actual es bastante o completamente diferente a la que tenían antes de la pandemia subió 10 puntos en estos 5 meses, llegando a un 73%. Del total, un 45% considera que su estado de ánimo es peor o mucho peor que el que tenían antes de la llegada de la pandemia. Un 39%, en tanto, califica que es «igual» y solo un 15% reporta una mejoría.
Y es que la pandemia ha traído como consecuencia asociada un deterioro general de la salud mental de la población, que la medición también analizó con variables como los problemas de concentración (42%), la pérdida de sueño (46%), el agobio constante (50%), la pérdida de la capacidad de disfrutar de actividades cotidianas (51%) y «sentirse sin valor» (9%) o «menos feliz» (19%). Además, 26% de la población presenta problemas de insomnio moderado o severo.
Dentro de la muestra representativa, un 46% mostró síntomas suaves, moderados o severos de depresión, un alza de nueve puntos porcentuales. La realidad es más compleja entre las mujeres (55%) que entre los hombres (38%) y mucho más común entre quienes están desempleados (61%) que entre quienes tienen trabajo (43%). También prevalece más para quienes experimentaron una caída de ingresos (58%) que para quienes no (37%).
A pesar de todos estos indicadores, solamente un 6,8% de la población admite haber recibido atención de un psiquiatra por sus problemas emocionales, de los nervios, de salud mental o por el uso de alcohol o drogas. Quienes consultaron con un psicólogo durante la pandemia equivalen a un 8,2% de la ciudadanía, a otro profesional médico un 7,2% y a «médico o psicólogo» un 14,5%.
Fuente: Emol.com