El secretario de Estado se refirió a la “nueva casuística” que ha generado esta modalidad laboral e instó a respetar y exigir el “derecho a la desconexión”. La autoridad también apuntó a la batería de subsidios en pandemia para promover la creación de empleo formal y la recontratación. “Los beneficios sociales no se pierden por tener un contrato de trabajo y nos interesa que la gente se contrate”, dijo.
Según el último reporte del INE, en el trimestre móvil febrero-abril 2021 la tasa de desocupación llegó a 10,2%, lo que representa un aumento de 1,2 puntos en comparación al mismo período del año anterior.
La situación se da en medio de la crisis sanitaria de Covid-19, que ha afectado fuertemente en materia laboral y que ha colapsado el sitio web del Registro Social de Hogares, tras los anuncios del IFE universal y la exigencia de ser parte de dicho sistema.
En esa línea, el Ministro del Trabajo, Patricio Melero hace énfasis en desmitificar algunas afirmaciones que, dice, hay en torno a la recepción de ciertos bonos o subsidios.
“Todavía existe la creencia de que, si tomo un contrato formal, pierdo el subsidio. Pero queremos ser muy claros: es totalmente compatible tener un contrato de trabajo formal y seguir recibiendo beneficios”, postula el secretario de Estado.
“Hoy se puede recibir el IFE, el Bono Clase Media y tener un contrato de trabajo. No se pierden los beneficios sociales y nos interesa que la gente se contrate. Porque eso les da la seguridad social”, agregó Melero.
¿Cuáles han sido los principales desafíos y cambios con la pandemia en materia laboral, pensando por ejemplo en la masificación del teletrabajo?
“Primero, creo que el teletrabajo llegó para quedarse, y la pandemia nos ha dejado mucha evidencia y experiencias de las fortalezas y debilidades que este tiene. En términos generales, vislumbramos que la Ley de Teletrabajo, que afortunadamente la tuvimos antes de la pandemia, nos ayudó mucho y ha permitido que los trabajadores a distancia tengan todos los derechos que el Código del Trabajo les establece, sindicalización, cotizaciones, vacaciones, permisos laborales, en fin. Creo que se ha conjugado bien sin afectar ni precarizar el empleo.
Sí hay que avanzar, porque hay algún grado de incumplimiento en las obligaciones de los empleadores, de prodigar los elementos necesarios para el trabajo a distancia, por ejemplo.
Creo que, a medida que avancemos a la normalidad, vamos a tener un carácter más mixto de trabajo a distancia y trabajo presencial que lo que teníamos antes de la pandemia y, por consiguiente, es algo que hay que regular bien, más allá de lo que la ley misma ha hecho”.
Con los antecedentes que tienen ¿Dónde hay que poner más atención, cuáles son esos flancos más débiles?
“Fundamentalmente en respetar el derecho a desconexión. Muchas veces el hecho de que se esté en el hogar o en un lugar distinto, hace que se requiera del trabajador 24/7 y, resulta, que la ley tiene la misma normativa de duración de la jornada laboral que de trabajo presencial. Entonces el derecho de desconexión es algo que hay que respetar y hacer respetar, porque de lo contrario se puede caer en conductas abusivas”.
Melero también apunta a la obligación de los empleadores de otorgar los medios y herramientas necesarias a los trabajadores para cumplir con sus labores de manera remota.
“El pago de la línea de internet, el computador o los elementos necesarios de una línea telefónica deben ser de costo del empleador. No puede ser que el trabajador los esté financiando con su propio ingreso. Eso también es un área que hay que exigir, hacer exigible y perfeccionar”.
También se han dado otras situaciones con respecto a accidentes en el hogar, por ejemplo…
“Se ha abierto una vertiente interesante en materia de una nueva accidentabilidad. Los trabajadores a distancia también están cubiertos por la Ley de Accidentes del Trabajo y hemos comprobado y visto las denuncias que se han hecho. El año pasado tuvimos cerca de 1.300 denuncias, 760 fueron efectivas y se genera un tipo de accidentabilidad en el hogar que es propia del teletrabajo, que no conocíamos y hoy se incorpora.
Desde personas que se accidentan por enredarse en los cables del computador o por ir a buscar un delivery de comida o implementos que necesitan, y se cayeron en la entrada o salida del hogar. O situaciones propias de lo que significa trabajar en un entorno distinto a una oficina o empresa. Se empieza a generar una casuística nueva en materia de accidente de trabajo que también estamos entendiendo”.
Se han hecho distintas críticas transversales a las carteras que no se ha llegado a tiempo con las ayudas ¿consideran que desde el Ministerio del Trabajo ha sido un actuar reactivo u oportuno?
“Parto por la autocrítica que el propio Presidente Piñera hizo en el mensaje a la nación el 1 de junio recién pasado, en el sentido que reconoció que habíamos llegado tarde. Ahora, ese reconocimiento también exige alguna comprensión de que, obviamente, los gobiernos no se empeñan en llegar tarde, sino que costó implementar muchas de las ayudas, porque teníamos una red social de protección focalizada en los sectores de menores ingresos.
Primero al 40%, después al 60%, pero la enorme clase media no existía, no estaba registrada en el Registro Social de Hogares (RSH). No era objeto de la ayuda social en el pasado y la pandemia la hizo necesaria, pero no teníamos esa información, no sabíamos quiénes eran esos chilenos.
Melero sostiene que la situación cambió tras los anuncios del IFE universal, cuando “muchísima gente empezó a inscribirse para recibir los beneficios. Nuestro RSH estaba en una cifra en torno a 4 o 5 millones de registros y hoy está sobre 7 y bordeando los 8 millones. Entonces ahí hubo una necesidad de reorientar y ampliar nuestra red, para llegar a quienes no estábamos llegando y hoy me alegro que estas últimas ayudas, especialmente el IFE y la que se está entregando a más de 800 mil Pymes, son expresión de una masificación mucho más grande que la que teníamos antes de la pandemia”.
Así, el ministro reflexiona que como gobierno “aprendimos la lección, hicimos la autocrítica y creo que estamos llegando a más personas que antes”, frase que aprovecha para conectar con el alto alcance del proceso de vacunación a nivel nacional.
“Chile, a nivel mundial, está entre los tres países del mundo que más ha vacunado y que más eficiente ha sido. Eso es algo que hay que reconocer y hay mezquindad a veces, en no visualizar las cosas positivas que se hacen”, opina Melero.
El “círculo virtuoso”
Ministro, se avanzó en legislar para garantizar el derecho a la vacunación de trabajadores a raíz de denuncias de empleadores que no lo estaban permitiendo ¿Cómo ven ese tipo de acciones y los incumplimientos de las empresas respecto a los protocolos sanitarios?
“Hemos ido evolucionando en términos de proteger mejor a nuestros trabajadores y de exigirles a los empleadores las normas y el cumplimiento de los protocolos estrictamente, para un retorno seguro al trabajo.
Por eso, la Ley de Retorno Seguro estableció la contratación de un seguro por parte del empleador, de 0,42 UF al año. Son, más o menos, mil pesos mensuales, que cubre los gastos eventuales que un trabajador pueda tener producto del Covid, como también la rehabilitación y un seguro de vida, y da la opción a los trabajadores de más de 60 años, o con dificultades, que el empleador tenga que ofrecer la alternativa de trabajar a distancia o teletrabajo.
También se modificó el Código del Trabajo y se dio un derecho al trabajador en un programa de vacunación para pedir medio día, pagado, para poder ir a vacunarse. Eso no existía y ahora sí es un derecho que tienen los trabajadores”.
En esa línea, el militante de la UDI asegura que “estamos protegiendo a nuestros trabajadores, buscando los mecanismos para que regresemos a la mayor normalidad, estamos subsidiando, pero, a la vez, reactivando la economía con la convicción de que el empleo es el mecanismo definitivo que nos debe permitir generar mejores condiciones en el país”.
Eso sí, el ministro también pone el foco en “el autocuidado de los trabajadores. Porque uno puede imponer protocolos, establecer la obligación del derecho para pedir permiso para vacunarse, pero si no existe la voluntad individual de querer cuidarse, se hace difícil. Nada de esto funciona si los trabajadores no están disponibles a autocuidarse y vacunarse, que es la forma más eficiente”.
El ingeniero agrónomo apunta que su llamado “es a entender que aquí hay un círculo virtuoso, que tenemos que contribuir todos a que se dé. Que es el cumplimiento de las normas y protocolos que el Covid nos impone, la exigencia de que, en la medida que nos vacunemos, contribuimos al entorno propio, laboral y familiar; y que es la sumatoria de los esfuerzos de subsidios del Estado y de ayuda de las personas, más la inversión y recuperación de la normalidad, las que generan los elementos positivos para que disminuyamos las tasas de desempleo y que recuperemos el daño que la pandemia nos ha generado”.
La batería de herramientas para promover el empleo
La visita del ministro del Trabajo a la región tuvo por objeto reforzar el mensaje en torno a la red de subsidios y beneficios del Estado para promover la creación de empleo y la recontratación.
Melero detalla que hay una serie de ellos que apuntan al empleador y otros a los trabajadores.
“Dentro de los subsidios al empleador, quizás el que ha tenido mayor cobertura en la región, son más de 800 mil los que se han acogido, es la Ley de protección al Empleo, que permite, por razones de autoridad sanitaria, suspender el contrato, pero lo mantiene vigente y el trabajador sigue recibiendo el beneficio a través del subsidio de Cesantía. Esta ley la acabamos de prorrogar por tres meses más”, afirma el ingeniero agrónomo. “Después hay tres subsidios que son muy importantes, que apoyan la contratación. El Subsidio Contrata, que da $290.000 a la contratación de una mujer y $270.000 a la contratación de un hombre. También hay otro que es el que permite recuperar el empleo”, añade.
Otro subsidio que menciona el ministro es el Protege, “destinado a mujeres con hijos menores, que no califican al derecho a sala cuna porque el lugar donde trabajan tiene menos de 20 trabajadores. Este subsidio, que ya va por sobre las 25 mil personas, le da $200.000 a esa mujer, para que pueda tener la ayuda del Estado al no tener un jardín”, señala el ministro.
Melero añade que “a partir del 1 de mayo pusimos en funcionamiento el subsidio al nuevo empleo, que busca también esta formalidad y otorga, a todos los salarios iguales o menores a tres salarios mínimos, un subsidio del Estado de $70 mil para mujeres y personas con algún grado de invalidez y $50 mil en el caso de los hombres, que se suman al ingreso del trabajador”.
Y finaliza: “Qué duda cabe que uno de los más importantes es el subsidio al ingreso mínimo garantizado, para quienes tienen el salario mínimo y que hoy el Estado está, en promedio, adicionando $39 mil sobre el salario mínimo. Esta red de subsidios está vigente, la hemos renovado y se suma a los esfuerzos del sector privado, así como también al programa de vacunación, porque tenemos la convicción de que no hay mejor subsidio, que tener trabajo”.
Fuente: El Rancagüino