Seguro público priorizó 187 mil casos quirúrgicos del reservorio, que ha visto un incremento del 60% en sus plazos de atención producto de la pandemia, y ya derivó a un grupo inicial, poco más de 21 mil pacientes, a prestadores privados y hospitales que se adjudicaron la atención, en una inédita licitación pública.
El diagnóstico que hacen en Fonasa es claro: entre los pacientes retrasados y la demanda oculta de quienes no han sido siquiera diagnosticados por la sobredemanda hospitalaria que ha significado el Covid-19, podría estar en ciernes una “pandemia 2.0″, esta vez, de personas descompensadas, agravadas y que, de padecer enfermedades complejas, podrían ser pesquisadas incluso demasiado tarde.
Los números así lo muestran. Mientras en 2019 los hospitales realizaban más de 40 mil cirugías al mes, durante la pandemia la cifra cayó a la mitad. Pero la lista de espera, que hoy bordea las 300 mil personas, en diciembre de 2019 era de 281 mil. ¿Por qué no se abultó más? Porque la suspensión de la actividad electiva en los hospitales ha afectado la toma de exámenes y disminuido, además, las consultas de especialidad, que constituyen la puerta de entrada al sistema y a la posterior resolución de los problemas de salud.
Pero en el intertando, la espera se ha prolongado: hasta antes de la pandemia -marzo de 2020- un paciente aguardaba 348 días (casi un año) para ser operado, cifra que en marzo pasado subió a 558 días (18 meses), es decir, un 60%.
“En el momento peak de la pandemia alcanzamos a habilitar 4.544 camas UCI. Para eso fue necesario disponer de todo el personal de salud para hacer operativas estas unidades”, explicó el subsecretario de Redes Asistenciales, Alberto Dougnac, quien agregó que ahora, con los casos de coronavirus en remisión, se han podido desocupar casi mil camas, fijándose como prioridad la reconversión de los pabellones quirúrgicos y unidades de recuperación para que puedan reiniciar las actividades.
En ese contexto, Fonasa dio curso a un plan inédito para reducir la lista de espera, con una licitación que, por primera vez, incluyó a prestadores privados y a hospitales en su horario inhábil, en un formato de bandas de precio máximo y niveles de complejidad, que permite mayor eficiencia y contención de los costos. Y para financiarlo, se aprobó un presupuesto de $ 114 mil millones.
El proceso partió con una revisión del reservorio -a cargo de comités de salud regionales y nacionales- que determinó la priorización de 187 mil cirugías. Para eso se consideró el diagnóstico de los pacientes, la cantidad de hospitalizaciones que había demandado la patología, la presencia de agravantes clínicas, el plazo de espera cumplido y el número de licencias médicas. “También se consideró, por ejemplo, si la persona es jefe de hogar, porque si es una persona de la cual depende una familia completa, es importante sacarla adelante primero”, explica el director de Fonasa, Marcelo Mosso.
Así, el 23 de julio el seguro público derivó a los primeros 21.538 pacientes -2.909 de ellos pediátricos-, de los cuales más de un tercio serán atendidos por clínicas y el resto en hospitales de la red, durante las tardes o en sábados y domingos. Y esta semana ya se empezaron a concretar las evaluaciones médicas, junto con el agendamiento de las cirugías.
Mosso explica que, de las intervenciones que ya fueron derivadas, el grueso corresponde a cirugías del área oftalmológica, como cataratas. Le siguen las cirugías caratuladas como “generales” (4.104 casos), las del área traumatológica (3.857), otorrinolaringología (1.990), urología y nefrología (1.704) y vascular (1.621)
La Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) se adjudicó -a través de su centro en Santiago y su red de clínicas regionales- el 58% de las intervenciones que licitaron los centros privados. Ángel Vargas, gerente División Operaciones y Servicios de la ACHS, explica que “diseñamos una propuesta donde pusimos a disposición nuestra experticia médica y en la cual demostramos ser competitivos, en precio y resolutividad. En total, vamos a resolver más de cinco mil casos al mes”.
El ejecutivo explica que, teniendo en cuenta la experiencia del centro, tendrán a cargo cirugías generales y traumatolgógicas. “En clínicas de regiones y en el hospital ya partimos citando a los primeros pacientes para poder validar su diagnóstico e indicar la hora de cirugía. Dado la antigüedad diversa que puede tener la lista de espera, la licitación incluye este proceso, que es evaluar el caso como nos llega. El lunes pasado ya recibimos los primeros casos y tenemos 10 días para evaluarlos, así que esta semana esperamos comenzar las cirugías”, detalla Vargas.
Mosso añade que la idea era partir en marzo con estas atenciones, pero el rebrote de casos de coronavirus obligó a postergar el plan. “Ahora que la pandemia nos permitió un respiro comenzamos las derivaciones e hicimos un trabajo de muchos meses para evaluar y acceder a las personas. Y es muy necesario ponerse al día en esta lista, para que, cuando llegue la demanda oculta, el sistema esté preparado para hacerse cargo”, dice el director de Fonasa, aunque estima que normalizar la situación hospitalaria prepandemia tomaría, al menos, “este año y el siguiente”.
Así, los cálculos de Fonasa y el Ministerio de Salud estiman que, de no mediar rebrotes significativos, este año se pueda intervenir y dar de alta entre 40 mil y 60 mil pacientes del reservorio.
El director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, Héctor Sánchez, valoró el plan. “Es importante por dos razones: primero, porque mejoras la calidad de vida de las personas que han estado por años en lista de espera y porque, de alguna manera, vas a palear el exceso de mortalidad que se puede producir en esta población. Ellos han esperado por largo tiempo y muchas de esas patologías no solo deterioran su calidad de vida, como puede ocurrir con las de tipo traumatológico u oftalmológico, sino que también puede haber casos de vesículas que, de no atenderse a tiempo, pueden derivar en cáncer”.
Fuente: La Tercera