En la cartera cifran en 88 mil las personas que deben recibir la segunda dosis para alcanzar el umbral, para lo cual se necesitarían cuatro jornadas más de inoculaciones, al ritmo de los últimos días. Pero hay un factor que podría alterar los planes: las precipitaciones anunciadas para esta semana y que han llevado a alcaldes a evaluar una suspensión del proceso de inmunización.
Desde fines de julio, el calendario de vacunación ha estado enfocado en priorizar las segundas dosis por sobre la inoculación de nuevas personas. Y es que si bien hace algunas semanas se registró un quiebre de stock tanto de vacunas Pfizer como Sinovac, las programaciones también han querido empujar que las regiones eliminen ciertas restricciones, como el toque de queda, a medida que un porcentaje mayor de la población objetivo tenga el esquema completo.
Así, el nuevo plan Paso a Paso estableció que si una región cuenta con una tasa de contagios activos menor a 150 por cada 100 mil habitantes, y además alcanza el umbral del 80% vacunado con dos dosis (o con vacunas monodosis, como CanSino), la hora de inicio del toque de queda podrá retrasarse desde las 22.00 a la medianoche. Actualmente, 13 regiones han alcanzado dichas cifras epidemiológicas: Antofagasta (a partir de este miércoles), Atacama, Coquimbo, Magallanes, O’Higgins, el Maule, Ñuble, Aysén, Los Lagos, Biobío, Valparaíso, La Araucanía y Los Ríos.
Mientras, en la Región Metropolitana aún falta que un 1,37% de la población objetivo complete su vacunación para poder desplazar la restricción nocturna, pues la tasa de casos activos es de apenas 46,2 por cada 100 mil habitantes. Desde Salud, el ministro Enrique Paris estima que, según los cálculos de la cartera, resta que 88 mil personas reciban la segunda dosis.
En las últimas dos semanas, el ritmo promedio de segundas dosis por día -y sin contar las vacunas de una dosis- ha estado en torno a las 19 mil inyecciones utilizadas. Con ese dato a la vista, y considerando que la mayoría de las dosis se utilizan en la capital, Paris confirma a La Tercera que de mantenerse ese ritmo, “esperamos que (el 80%) se complete este viernes”.
Durante el balance Covid-19 de la jornada de ayer, el jefe de la cartera, incluso, detalló cuáles eran las comunas de Santiago que aún no alcanzaban el umbral del 80% de su grupo objetivo completamente inmunizado. Entre ellas están Independencia, Recoleta, Estación Central, Lampa, Santiago, Quilicura, San Bernardo, Puente Alto, La Pintana y Cerro Navia.
Sin embargo, una de las cosas que preocupa en el ministerio y también a los municipios es el sistema frontal anunciado para esta semana. Una situación que podría retrasar el avance de la meta, pues varios alcaldes ya anunciaron que si las lluvias son intensas, sus vacunatorios no cuentan con las condiciones mínimas para recibir a quienes asistan.
De hecho, durante la mañana de ayer, un grupo de 20 ediles entregó una carta en el Ministerio de Salud donde, entre otras cosas, piden tener la facultad para poder pausar el proceso de vacunación si las condiciones climáticas no son las óptimas.
El director de la Escuela de Salud Pública de la U. Andrés Bello, Héctor Sánchez, estima que “el esfuerzo que se está haciendo en diferentes comunas en lograr la meta del 80% aparentemente permitirá cumplirla en los próximos días, ojalá este fin de semana”.
Uno de los efectos “inmediatos”, explica, es que si el virus ya ha comenzado a ir en remisión en el país, la circulación viral podría caer aún más. “Lo que se ha visto es que cuando se logran estos niveles de cobertura, con cualquier vacuna en diferentes países, los niveles de contagio son menores a 10 cada 100 mil habitantes, como en Uruguay, Canadá o Alemania. En tanto, en aquellos países que se han descuidado en incrementar las coberturas de vacuna, Reino Unido e Italia, por ejemplo, las tasas de contagio superan con creces los 10 cada 100 mil habitantes”, compara Sánchez.
Sobre si existe mayor riesgo o no al reducir el horario de restricción nocturna, Sánchez plantea que con la experiencia de las otras regiones, “no creo que la reducción del toque de queda tenga un gran impacto en los niveles de contagio. Más importante serán las estrategias de la autoridad para contener la expansión de la variante delta y lambda (C.37, predominante en el país junto a P.1), que son de alta contagiosidad y que pueden reducir el impacto positivo de las vacunas”.
Mientras que los cálculos del académico en salud pública de la U. de Santiago, Claudio Castillo, coinciden con lo que proyecta el Minsal. “Las cifras publicadas hoy por el Ministerio de Salud dan cuenta de que faltarían 87.841 personas con su segunda dosis o con dosis única, para llegar al 80% de cobertura para el cambio de toque de queda”, asevera.
Sin embargo, señala que alcanzar la meta “es posible, pero es complejo, sobre todo porque si miramos cuatro semanas atrás, correspondería esta semana la vacunación de alrededor de 67 mil personas, por lo tanto hay una diferencia de más de 20 mil. Esto, asociado a una semana en que se ha anunciado que habrá precipitaciones, una situación climática compleja, podría retrasar esta vacunación”.
Pese a ello, recalca que un buen incentivo para quienes estén rezagados es que estén disponibles las vacunas de dosis única (CanSino), lo que a su vez aumentaría la cobertura. “El 24 y 25 de junio, por ejemplo, se administraron en la RM más 50 mil dosis únicas, y por lo tanto tenemos la experiencia de una vacunación masiva con esta vacuna”, explica Castillo.
El académico asevera que pese a que las cifras son auspiciosas desde hace varias semanas, toda flexibilización de restricciones en contexto de pandemia trae riesgos, pues aumenta la interacción entre las personas.
“Lograr esta cobertura va a implicar un cambio en el toque de queda, acortándolo para que parta a la medianoche. Esto tiene impacto en el comportamiento de las personas, sobre todo en la autorización de que funcionen de forma extendida los restaurantes y bares, y ahí es donde está el mayor riesgo. Por lo tanto, el cambio en el toque de queda, más que en la movilidad, puede darse en la exposición, por eso es tan importante que se transmitan los riesgos asociados al consumo de alcohol, al funcionamiento de bares y restoranes, que podrían, sumado a la variante delta, generar un riesgo. Se han ralentizado las disminuciones de los casos, por lo tanto es el minuto de retomar las precauciones”, concluye el salubrista.
Coincide también con el aumento en el riesgo de contagios el académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, Mauricio Canals. “La normativa que atrasa el toque de queda en el caso del 80% de vacunación es una intervención que habrá que medir en el terreno. Nadie puede asegurar a priori que esta sea una medida adecuada. En particular, el retraso de un toque de queda va a producir una mayor actividad e intercambio poblacional, a nivel de las horas tardías, donde hay mayor actividad en los grupos juveniles, lo que es un poco arriesgado considerando que son los menos vacunados”, argumenta.
Fuente: La Tercera