La experta plantea que, a diferencia de la estacionalidad del virus de la influenza, el coronavirus presenta una acción sostenida que dificulta una caída total de los decesos. «Mientras estemos en pandemia es imposible pensar que el virus no genere muertes. Y, efectivamente, el coronavirus va a pasar a ser una causa de muerte más».
El Ministerio de Salud ayer no reportó fallecidos por Covid-19. Pero la razón no es epidemiológica, sino práctica: las oficinas del Registro Civil permanecieron cerradas el 11 de septiembre, por lo que no hubo inscritos durante esa jornada.
Así, y aunque los decesos han tenido un descenso notorio en el país -en la última semana se acumularon 142 fallecidos, cifra que en junio se alcanzaba en un solo día-, los expertos señalan que es difícil, si no imposible, proyectar en el futuro un escenario sin fallecimientos asociados al coronavirus.
¿La razón? La epidemióloga y miembro del Consejo Covid-19, María Teresa Valenzuela, explica que a 18 meses de iniciada la pandemia en el país, esta ya ha tomado características de virus endémico: “El Covid-19 se está quedando con una circulación permanente, se está comportando como una endemia, a diferencia del virus de la influenza, que tiene un componente estacional. Es decir, con este último llega un momento del año donde alcanzamos cero casos y cero muertes por varias semanas, pero el coronavirus nos ha demostrado una circulación sostenida, independiente de la época del año”.
¿Es posible lograr un estado de cero deceso de forma sostenida?
No con las características de este virus. Mientras tengamos casos, va a existir un porcentaje que va a empeorar, que va a ingresar a UCI y parte de ellos, en menor proporción, va a fallecer. El escenario que tendría que ocurrir es que de forma sostenida, al menos por 14 días, no registremos casos. Sin embargo, y aún así, mientras haya casos activos de Covid-19 hay probabilidad de que tengamos fallecidos. Por otro lado, siempre hay un remanente de contagios que anotan una larga estadía en UCI y que fallecen varias semanas después.
¿Hay que acostumbrarse a que el Covid-19 se sume de forma permanente como una causa de muerte más en la población chilena?
Mientras estemos en pandemia es imposible pensar que el virus no genere muertes. Y, efectivamente, el coronavirus va a pasar a ser una causa de muerte más, registrada en las estadísticas vitales en el Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS).
¿Cuál es la situación actual de este virus “endémico” que describe?
Estamos en un momento en que actualmente hay una disminución del número de contagios, que ha sido de forma gradual desde fines de junio en adelante. Eso significa que la transmisión está relativamente controlada y se traduce en un retorno a las actividades prepandemia con un relativo acercamiento a la normalidad. Si usamos de nuevo el ejemplo del virus de la influenza, estamos saliendo de la peor “época”, que es el invierno, por la reducción de contagios que hemos tenido, es un tanto similar. Sin embargo, la diferencia es que acá en ningún momento del año, o desde el inicio de la pandemia, hemos tenido cero caso.
¿Este aplanamiento de la curva tiene que ver con la vacuna?
La vacuna nos ha cambiado la vida respecto de unos meses atrás, cuando no la teníamos. La mayor efectividad está en reducir hospitalizaciones, casos graves y muertes, pero lo que hemos visto es que aplicada, en terreno, ha tenido un impacto también en la circulación del virus.
Ese es un aspecto que al inicio, con los resultados de eficacia de Sinovac, no era tan claro…
Sí. Si bien es cierto que los primeros resultados que se mostraron de efectividad de la vacuna eran inferiores a otras en desarrollo, el que su efectividad contra la infección o contra el Covid-19 sintomático esté en torno al 60% es un porcentaje relevante.
El concepto de inmunidad de rebaño conferido por las vacunas ha estado en discusión ante el surgimiento de nuevas variantes. ¿Hemos alcanzado niveles de protección de grupo?
Si bien ha sido difícil a nivel global, porque el virus ha ido mutando y no le podemos pedir a la vacuna que haya actuado de la misma forma frente a la variante original, variantes de preocupación y de interés, yo creo que sí ha habido inmunidad de rebaño. Pese a las mutaciones, a que tenemos -por ejemplo- delta en la comunidad, igualmente hemos visto disminución en los casos. Tenemos a nuestro favor el avance y la cobertura de la vacunación, que ya roza el 90%.
¿Cuáles son los riesgos en las próximas semanas?
Actualmente tenemos una rápida expansión de la variante de importancia “Mu” en Chile. En las últimas semanas llegó a tener una importancia relativa del total de muestras analizadas en el ISP y algunas universidades de un 27%. Y la variante delta, un 31%. Esta es una amenaza clara frente a la cual debemos tener un respeto como población. Hemos visto esta liberación entre las personas, como olvidándonos que estamos en pandemia todavía, lo que es preocupante ad portas del feriado de esta semana.
Existe preocupación de que tras Fiestas Patrias ocurra un rebrote. ¿Lo ve posible?
Tenemos un escenario distinto al del año pasado, a favor y en contra: nuevas variantes, más transmisibles; pero a la vez tenemos vacunas, cosa que no teníamos para las celebraciones pasadas. Por otro lado, tenemos un número no menor de rezagados que por distintos motivos no se han vacunado. Yo creo que puede haber un aumento de casos a partir de las últimas semanas de septiembre y en las primeras de octubre, aunque la magnitud de ese aumento va a depender de las conductas humanas durante las celebraciones. Si se rompen las conductas y se realizan fiestas masivas, probablemente volvamos a vivir una nueva etapa de ascenso de casos, con libertades restringidas; sería tremendamente doloroso que nuevamente veamos casos ingresados a UCI, cuadros graves, hospitalizados y que nuestros seres queridos terminen falleciendo.
Fuente: La Tercera