teletrabajo

Muchos creían que era imposible, pero la pandemia demostró que, en algunos campos y bajo ciertas circunstancias, el trabajar fuera de una oficina es una alternativa real. ¿Algunas ventajas? La flexibilidad de horario, el ahorro en transporte y tener más cercanía con los hijos.

El trabajo remoto se convirtió en una alternativa para las empresas y también para las pymes, donde muchos emprendedores decidieron dejar el lugar físico y hoy realizan labores desde su casa. La clave es la flexibilidad. Coincide el psicólogo laboral Pedro Leiva, de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, quien diferencia el período de teletrabajo durante las restricciones sanitarias y las posibilidades de trabajo a distancia que ahora se están dando.

“Recién ahora empiezan a verse los beneficios”, afirma Leiva, considerando especialmente el caso de las mujeres, que retrocedieron al menos una década de participación en el mercado laboral. Entre los beneficios que podrían mantenerse, Leiva analiza los más mencionados por las personas que han tenido una experiencia exitosa de teletrabajo:

Cercanía con los hijos: “Durante el período de confinamiento, en que no había colegio ni existía la posibilidad de tener asistencia en el cuidado de los niños, era difícil reconocer el beneficio de la situación, particularmente para las mujeres”, dice el psicólogo. Pero ahora que los niños han vuelto al colegio y se puede tener el apoyo de una niñera o de un familiar, las ventajas de estar en casa se hacen más evidentes: pasar más tiempo con los hijos y participar en actividades que antes no se podía, como la hora de almuerzo.

Ahorro en transporte: “El ahorro en tiempos de traslado es uno de los grandes beneficios del teletrabajo”, destaca Leiva, quien apunta que este es un tema que, como muchos en nuestro país, discrimina socialmente. “Los más afectados son los de clases más desfavorecidas, quienes deben invertir mucho tiempo en traslados desde sus hogares a sus lugares de trabajo, los que muchas veces quedan muy alejados”.

Flexibilidad de horarios: Es una de las grandes ventajas que, se supone, tiene el teletrabajo: puedes empezar más tarde o más temprano que cuando estabas en el lugar físico, donde la gran mayoría entra y sale a la misma hora. Sin embargo, Leiva es enfático: “Lo importante es identificar cuáles son los horarios de trabajo y cuáles son los que están prohibidos para intercambiar información de trabajo”.

Este acuerdo debe ser conversado con la jefatura de manera clara y no debe ser una imposición. Juntos, pueden establecer acciones simples, pero significativas: como programar mails que son escritos después del horario acordado, pero enviados al día siguiente, al comienzo de la jornada acordada.

Ojo con las condiciones: Leiva destaca que tan importante como el acuerdo de trabajar desde el hogar, son las condiciones que el trabajador tiene para desarrollar esa tarea. “En general, las viviendas en este país han sido construidas de tal manera que una familia normal cae en hacinamiento rápidamente”, dice el profesional, quien nuevamente recomienda una conversación franca entre jefes y colaboradores. “Para hacer un teletrabajo eficaz, necesitas un espacio adecuado sin interrupciones: puedes usar la mesa del comedor, pero cuando llegan los niños tienes que desocuparla. Eso no es recomendable”, señala el experto.

Se potencian los co-work: Atendiendo a la anterior problemática, no son pocos los que están optando por arrendar espacios de co-work. La consultora Accenture asegura que, respecto de abril de 2020, hoy los espacios de trabajo compartido son usados por 10 veces más personas. Leiva aventura que algunas organizaciones podrían tener estos espacios en zonas alejadas del centro o la zona oriente, para estar más cerca de los trabajadores y así mantener la ventaja del traslado acotado.

Elegir la modalidad: Como emprendedor o líder de una organización, debes analizar el nivel de tecnologización de tu empresa y de esa manera ver hasta qué punto es conveniente el teletrabajo. “Si cada trabajador tiene su laptop con todo lo que necesita, es como una oficina móvil. Otro nivel es trabajar desde una nube, donde te conectas al servidor de tu trabajo. Pero si tienes la información clave en la CPU de tus computadores en la oficina, el teletrabajo se hace ineficiente”, dice Leiva.

Las desventajas: “El teletrabajo 100% a distancia ha demostrado tener efectos negativos sobre la satisfacción personal, sobre todo con la pérdida de relación con los compañeros de trabajo y con la jefatura”, afirma el psicólogo. “Por eso la recomendación es el que el teletrabajo sea, por ejemplo, 3 días a la semana y dejar uno o dos días para que los trabajadores se junten físicamente”, agrega.

¿Y si no quiero volver al lugar físico? Leiva reconoce que en nuestra sociedad no son pocos los jefes que tienen estilos de supervisión con alto nivel de control. “Y para que el teletrabajo funcione debe haber más autonomía”. Por eso, recomienda ser estratégico: “Una buena recomendación es volver y negociar. Hacerle ver a la jefatura los beneficios del teletrabajo, y ofrecerle un día fuera de la oficina cada 15 días”.

Otro consejo es reorganizar las tareas que el jefe quiere supervisar para hacerlas en días u horarios específicos. Esto se puede hacer con el resto de los compañeros. “Los mismos equipos pueden organizarse en la repartición de tareas. El sistema tradicional es aditivo: todos hacemos lo mismo y nuestros esfuerzos se suman. Si lo hacemos más recíproco, intercambiando tareas, siendo trabajadores polifuncionales, podemos lograr los mismos objetivos sin estar todos juntos en un espacio físico”, remata.

Fuente: La Tercera