“Es un escenario posible que partamos vacunando junto con el año escolar”, dice Rafael Araos, asesor de la cartera sanitaria, quien explica que esto dependerá de cómo evolucione la protección conferida por la tercera dosis y de cuándo se detecte una caída en la inmunidad. Así, el próximo calendario se determinará hacia fines de este mes, a partir del seguimiento -contagios y hospitalizaciones- que se realiza a la población inmunizada de Fonasa.
“Estamos pensando en vacunar de forma sistemática, probablemente cada seis meses”, informó el subsecretario de Redes Asistenciales, Alberto Dougnac, a los directores de los 29 servicios de salud del país, en la reunión de coordinación de camas críticas del pasado miércoles.
La información sorprendió a algunos de los presentes, que visualizaban más lejana la fecha del próximo refuerzo contra el Covid-19. Pero lo cierto es que en la cartera están a pocas semanas de determinar la fecha del inicio de la cuarta dosis contra el coronavirus. Y, hasta aquí, marzo aparece como un posible mes de partida.
Así lo adelanta a La Tercera el asesor de la Subsecretaría de Salud Pública, Rafael Araos, quien detalla que la decisión -que ya fue adoptada en junio pasado y dio paso a la tercera dosis en curso- se toma en base al seguimiento a la población inmunizada de Fonasa, que bordea los 10 millones de personas. Específicamente, los contagios y hospitalizaciones que se detectan en el grupo, para detectar cuándo será requisito el booster.
“Es un análisis que no es fácil, toma mucho tiempo y son millones los datos a analizar, además que necesitamos que pase un poquito de tiempo para ir viendo tendencias”, explica Araos, quien añade que a mediados de este año los datos fueron tajantes en mostrar que sí se requería inocular nuevamente, partiendo por las primeras personas que habían recibido el esquema inicial.
“Después de la segunda dosis fue bien claro que necesitábamos vacunar después de cinco meses, que fue cuando empezamos, en agosto, pero también desde el punto de vista más biológico uno esperaría que el refuerzo dure más que el esquema primario, porque los niveles de anticuerpos que se alcanzan son mayores de los que se lograron con la segunda dosis”, añade.
El especialista agrega que en ese escenario “no necesariamente” la vacuna va a ser cada seis meses exactos, pues dependerá de cuándo se haga patente una caída en la inmunidad.
“Que estemos comenzando de nuevo con un esquema de refuerzo, en marzo, con la primera gente que se vacunó en agosto es una posibilidad cierta. ¿De qué va a depender? De algunos análisis más. Eso significa a fines de diciembre, o la primera semana de enero, para que tengamos un poco más de certeza y poder salir con un calendario. Yo creo que vamos a estar más cerca de marzo, un poco anticipándonos a lo que probablemente va a ocurrir, que vamos a estar en una situación de estabilidad y vamos a querer vacunar antes de estar en el problema”, explica el infectólogo, añadiendo que “es un escenario posible que partamos vacunando junto con el año escolar”.
El proceso de vacunación basal comenzó el 24 de diciembre del año pasado, dirigido únicamente al personal de salud. Y a inicios de febrero, con el arribo de las dosis de CoronaVac, comenzó el programa de inoculación masiva para toda la población, partiendo por los adultos mayores.
Desde entonces ha pasado casi un año y existe evidencia, a nivel internacional, de que la protección que otorgan las distintas vacunas disminuye con el tiempo. Así lo demuestra, por ejemplo, la incidencia actual de los contagios de Covid-19 entre las personas con dos vacunas, que se duplicó en el último mes, mostrando que ese grupo está más susceptible al virus que quienes volvieron a inocularse.
Alexis Kalergis, académico de la UC y director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia, sostiene que el estudio que publicaron -y que se encuentra en proceso de revisión de pares- muestra que “la dosis de refuerzo incrementa significativamente los niveles de anticuerpos neutralizantes y células del sistema inmune, lo que permitiría prevenir de mejor manera la infección del Sars-CoV-2. Este incremento de anticuerpos neutralizantes se evaluó cuatro semanas después de la dosis de refuerzo, y corresponde a más de 10 veces de lo que se había detectado en la última medición (a los seis meses), y tres a cuatro veces comparando con dos a cuatro semanas después de la segunda dosis”.
Actualmente, 13.865.775 mayores de 18 años han completado el esquema inicial de vacunación, lo que implica una cobertura del 91,2% del grupo objetivo. Además, 8.786.775 personas han recibido la dosis de refuerzo, en un proceso que inició en agosto con los mayores de 86 años. Actualmente, este calendario de vacunación incluye a todas las personas mayores de 18 años que fueron inoculadas con esquema completo antes del 8 de agosto.
La infectóloga de la U. de Chile y presidenta de Cavei, Jeannette Dabanch, explica que “la cantidad de anticuerpos en las personas que recibieron esquema completo con una vacuna inactivada disminuyeron a los seis meses. Es muy importante recalcar que hay una disminución de los anticuerpos, pero eso no significa que las personas queden completamente desprotegidas”.
A su vez, Erna Cona, infectóloga de Clínica Indisa, sostiene que “la vacuna de refuerzo ha funcionado muy bien, se han dado casos (de contagio) fundamentalmente en gente o que no está vacunada, que son los casos graves, o que está vacunada parcialmente, sin todas sus dosis o sin el refuerzo. La vacuna es buena y ha servido con todas las variantes”.
Sofía Salas, académica del Centro de Bioética de la Universidad del Desarrollo, plantea que “los datos nacionales son categóricos en mostrar que la dosis de refuerzo disminuye de manera muy importante el riesgo de hospitalización (o de enfermedad grave); ese es el principal objetivo sanitario, evitar que la gente enferme grave o fallezca. Además, permite disponer de recursos de UCI para personas con otras patologías, las que han sido postergadas”.
Para empujar la vacunación de refuerzo y mantener la inmunidad colectiva, lo que permitiría evitar rebrotes de gran alcance del Covid-19, esta semana las autoridades de Salud inhabilitaron los pases de movilidad de 740 mil personas mayores de 45 años que al miércoles pasado -la fecha tope que se había dado- no habían recibido la tercera dosis. Además, desde el 1 de enero esta misma regla aplicará para los mayores de 18.
“La vacunación es indispensable. Además, la tercera dosis ha demostrado que protege muy bien a las personas, no solo en la enfermedad grave, sino que también mejora enormemente la protección al contagio y resguarda al resto de la población, porque disminuye la circulación viral”, dice Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la Unab.
Lo que viene ahora, tras la aparición de la variante ómicron, eso sí está por verse. Pero hay datos optimistas.
“Dado que CoronaVac corresponde a una vacuna con virus inactivado, es decir, que su formulación es en base al virus completo inactivado, presenta al sistema inmune todos los antígenos del coronavirus. Por lo tanto es de esperar que la memoria inmune generada por CoronaVac sea de más amplio espectro, por lo que podría contrarrestar de mejor manera a variantes emergentes”, sostiene Kalergis.
Fuente: La Tercera