Con el término de las vacaciones, la vuelta al colegio, universidad y trabajo nuevamente se recargan por completo las calles y eso es lo que se espera para este «superlunes», donde los atochamientos y el alto flujo vehicular impactan de gran manera en el diario vivir de las grandes ciudades de Chile.
Tanto es así, que incluso los accidentes laborales de trayecto (aquellos que ocurren durante el desplazamiento de las personas de la casa al trabajo y viceversa) aumentan de forma importante en este período, siendo marzo el mes que se alza por sobre los otros. De hecho, el tercer mes del año concentra el 10% del total de este tipo de accidentes, mientras que febrero es el período donde ocurren menos (6%), seguido de septiembre (7%).
El subgerente de Desarrollo y Planificación Preventiva de la Asociación Chilena de Seguridad (AChS), Ricardo Zamora, señala que esta concentración de accidentes se debe a que en marzo se reúnen muchas responsabilidades que habían sido paralizadas por el período estival. «Con este ritmo tan acelerado, muchas veces no nos damos cuenta de las cosas que hacemos, funcionamos en una especie de piloto automático que nos lleva a perder reflejos o tomar malas decisiones que finalizan en accidentes», señala.
Al desagregar las cifras por horarios, es entre las 07:00 y las 08:00 horas el tramo donde se genera el 46% de estos incidentes. Zamora explica que esto se debe a que «nos levantamos con las preocupaciones propias de un día laboral (hijos, tareas pendientes, reuniones, etc.), lo que no ocurre en la tarde y que se refleja en las bajas cifras en las horas promedio de salida de los trabajos». (Ver infografía).
Mujeres llevan la delantera
Ernesto Evans, presidente de la Asociación de Mutuales, dice que se da un caso puntual y marcado en los accidentes laborales, ya que los hombres son quienes presentan una mayor cantidad de siniestros dentro de faenas u oficinas, mientras que las mujeres les dan la vuelta cuando se trata de incidentes de trayecto.
«Ellas tienen lo que se denomina en jerga de riesgos psicosociales como una doble presencia. Tienen la cabeza con múltiples preocupaciones que se transforman en distractores a la hora de su desplazo, lo que les termina por jugar una mala pasada», apunta Evans.
Al momento de caminar, las mujeres son quienes se accidentan más, y esto se debe también a que, en general, ocupan calzados que las exponen altamente a un mayor riesgo de caídas, agregan desde la AChS. Adicional a esto, lo poco caminables que son las veredas en Chile es un punto determinante que justifica el alto índice de caídas al mismo nivel del suelo.
El metro y el taxi son otros de los medios de transporte en donde las mujeres anotan una mayor accidentabilidad. Por su parte, los medios de transporte asociados a la velocidad (motocicletas, vehículos y bicicletas) son el talón de Aquíles para los hombres, donde ellos se ubican por sobre las mujeres. Por ejemplo, el 56% de las colisiones vehiculares son protagonizadas por hombres.
Respecto de la concentración por zonas geográficas, los resultados van de la mano con la densidad de población que se puede encontrar por regiones, siendo la Metropolitana, Biobío y Valparaíso las que acuñan más del 70% del total de los percances laborales de trayecto.
Falta de fiscalización dificulta disminuirlos
No obstante el peak de marzo, a juicio del presidente de la Asociación de Mutuales el problema de los accidentes laborales de trayecto es que «a nadie le importa su aumento o disminución», pese a que 2017 representó un 64% de las fatalidades.
Cuando un empleador tiene un incidente en la faena, este implica un aumento en su tasa de siniestralidad, lo que conlleva una serie de gastos adicionales en multas y regulaciones que las empresas intentan disminuir a como dé lugar (prevención de riesgo, concientización de los trabajadores, etc.).
«Entonces, digo que a nadie le importa porque cuando la gente va o vuelve a su casa desde el trabajo y tiene un accidente, este no influye en la tasa para el empleador, independiente de que las consecuencias de este se encuentren cubiertas por las mutuales», explica Evans.
Ante esto, la AChS ha impulsado una alianza con la aplicación Waze, donde los usuarios reciben alertas de precaución al momento de acercarse a un radio de 400 metros de las zonas con mayor riesgo de accidentes, las cuales se han delimitado sobre la base del historial de siniestros. Plaza Italia, el Paradero 14 de Vicuña Mackenna, Las Rejas con Alameda, Avenida Matta y el eje de Providencia-Apoquindo son algunas de las principales zonas conflictivas de la capital para los trabajadores.
Fuente: El Mercurio