Con la baja en los casos de Covid-19, los pacientes han reactivado los tratamientos pendientes. Así, mientras en algunos recintos las atenciones ya se han duplicado, en el sector prevén que la actividad se mantenga en alza durante el resto del año, en parte, también, por las prestaciones a personas del sector público, que han visto crecer los tiempos de espera en los hospitales.
Tras la significativa baja en los casos de Covid-19, el levantamiento de las restricciones sanitarias y el llamado de los expertos a mantener los cuidados preventivos, los pacientes diagnosticados o en búsqueda de tratamiento han retomado los procedimientos médicos. Y ha sido en masa. Tanto así, que las clínicas registraron durante agosto cifras históricas en procedimientos, consultas médicas y cirugías.
El gerente general de la Clínica Alemana, Cristián Piera, afirma que “hoy prácticamente igualamos la actividad del año pasado y nos quedan cuatro meses por delante” y agrega que la institución durante el último mes registró un alza del 22,2% en el número de cirugías y un incremento del 11,6% en consultas médicas en contraste con agosto de 2019, cuando no había comenzado la pandemia.
“Durante prácticamente todos los meses de este año, el número total de prestaciones que estamos realizando en la clínica, es decir, la sumatoria de consultas, procedimientos, exámenes, cirugías y hospitalizaciones, etc., han batido un récord histórico. Si hacemos una proyección, vamos a totalizar probablemente más de 3 millones y medio de prestaciones”, agrega Piera.
Lo mismo se repite en varias clínicas de la Región Metropolitana, donde la demanda por procedimientos médicos y la ocupación ha ido en alza.
Por ejemplo, desde Red de Salud UC-Christus sostienen que, a partir de marzo, el hospital clínico de ese establecimiento mantuvo una ocupación global por sobre el 85%, y por sobre el 90% en los servicios de mediana y alta complejidad.
“En cuanto a la actividad quirúrgica, esta se ha incrementado sostenidamente a partir de julio, y en agosto hemos tenido el mayor número de procedimientos programados desde 2019”, comenta el director médico del establecimiento, José Ignacio Rodríguez.
De la misma forma, y de acuerdo con la directora médica de la Clínica Dávila, Carolina Asenjo, en el último mes el recinto registró un incremento del 65% en consultas médicas -en contraste con 2020-, realizando un total de 65.966 atenciones en diferentes especialidades. Así también, agosto se convirtió en el mes con el número más alto de intervenciones quirúrgicas para el establecimiento, registrando un total de 3.254.
“Hemos podido dar una respuesta rápida y eficiente, gracias a un trabajo interdisciplinario, así como la ampliación de nuestra capacidad de atención en pabellones, laboratorio y centro médico, incluyendo la atención los fines de semana”, menciona Asenjo.
Otro de los recintos donde también aumentó significativamente la demanda fue la Clínica Universidad de los Andes, donde, por ejemplo, entre julio y agosto se registró un alza del 38% en consultas pediátricas. Asimismo, las urgencias en esta materia aumentaron en 118%, y las traumatológicas, en 83%.
El subdirector médico del recinto, Pablo Valdés, detalla que lo mismo se ha visto reflejado en la actividad de los pabellones: “En julio las cirugías aumentaron un 14% mensual, y en agosto, un 16%”.
En la Clínica Indisa han visto un despegue del 74% en las consultas médicas, mientras que las cirugías realizadas se incrementaron un 51%.
“En agosto se marcó un récord, la cantidad de consultas fue histórica, tuvimos en promedio 75.000, cuando en este mes, anteriormente, se hacían 60.000 o 65.000 como mucho”, sostiene el gerente comercial de Clínica Indisa, Claudio García, quien avizora que la demanda asistencial electiva se mantendrá alta. “Creemos que esto no bajará hasta diciembre, la actividad va a ser muy fuerte”, añade.
De acuerdo con los expertos, el aumento de la demanda de servicios médicos privados está ligado al efecto que la pandemia ha tenido en las listas de espera de los hospitales, donde la demora para ser intervenido quirúrgicamente, que promediaba 11 meses antes de la pandemia, se ha prolongado considerablemente y hoy alcanza una media de 19 meses a nivel nacional.
El académico en Salud Pública de la Universidad de Santiago, Claudio Castillo, explica que las personas del sector público “han visto la oportunidad de resolver sus problemas de salud mediante la compra de bonos y prestaciones en el sector privado, que era una tendencia que ya venía antes de la pandemia”. Y agrega que “si lo asociamos con los retiros del 10%, eso ha permitido a muchas familias poder acceder al sector privado mediante las prestaciones con copago que realizan a través de la modalidad de libre elección de Fonasa”, detalla.
En eso coincide Paula Bedregal, académica del Departamento de Salud Pública de la Universidad Católica, quien sostiene que “hay cierto número de atenciones que tienen que ver con aquellas cosas que se dejaron de hacer en el sector público y que está absorbiendo el sector privado, fundamentalmente vía Fonasa libre elección”.
Fuente: La Tercera