Según datos del Minsal, hace un mes la tasa de contagio en este grupo era de 51,4 por cada 100 mil casos, registro que creció a 108,8 esta semana. Especialistas apuntan a la mayor circulación del virus y a la obsolescencia del esquema basal, por lo que llaman a insistir en la tercera dosis. Con todo, la inmunización mantiene una diferencia notoria en hospitalizaciones y mortalidad.
Hace casi un año, el 24 de diciembre de 2020, llegó a Chile el primer cargamento de 10 mil vacunas contra el coronavirus, del laboratorio Pfizer y BioNTech, dando inicio a la primera parte del plan de inmunización, dirigida únicamente al personal de salud. En febrero, con el arribo de las dosis de CoronaVac, de la farmacéutica china Sinovac, comenzó el programa de inoculación masiva, para toda la población del país.
Desde entonces se han administrado 27.418.113 dosis y ya son13.809.960 las personas protegidas contra el virus, según las cifras del Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS).
Sin embargo, según plantean algunos expertos, los efectos de esas primeras dosis comienzan a atenuarse.
De acuerdo a las cifras del Minsal, el pasado 20 de octubre la tasa de contagios en personas con el esquema completo -dos dosis- era de 51,4 casos por cada 100 mil habitantes. Transcurrido un poco más de un mes, según el último informe epidemiológico publicado el miércoles, la cifra ahora alcanza los 104,3 casos por 100 mil habitantes. Es decir, la incidencia se duplicó.
El infectólogo del Hospital Barros Luco Ignacio Silva explica que el alza estaría en la pérdida de inmunidad: “Tenemos por un lado que las vacunas no están diseñadas para disminuir el contagio de forma significativa, sino que son, sobre todo, para los casos graves, entonces es esperable que haya grupos que se contagien. También con el tiempo la inmunidad se va perdiendo, por lo que esta efectividad para prevenir el contagio, que de por sí es más baja, disminuye aún más”.
En ese sentido, la Subsecretaría de Salud Pública asegura que “hoy, en base a distintos estudios, sabemos que luego de seis meses los anticuerpos comienzan a disminuir y es por eso que el Ministerio de Salud comenzó la campaña de vacunación con la dosis de refuerzo, la cual ha sido fundamental para aumentar la inmunidad de las personas”.
La vacuna de refuerzo marca una diferencia notoria. Cada 100 mil casos de inmunizados con la tercera dosis, solo 11,9 de ellos se contagian. Y actualmente hay 7.938.524 personas en el país con esta protección. En el caso de las 2.783.960 personas que al 24 de noviembre se encontraban sin el esquema completo, la incidencia es de 186,5 casos.
“Las vacunas son una medida fundamental para el control de la pandemia, pero no es la única. Tenemos que reforzar los otros pilares de la prevención, en particular la trazabilidad y las medidas de autocuidado, como el uso de mascarillas, el distanciamiento físico, el lavado de manos, la ventilación de espacios cerrados y, por supuesto, mantener la percepción de riesgo”, recalca Silva.
En relación al aumento de contagios, los pacientes que requieren una cama crítica también han crecido. A nivel nacional, si hace un mes había 434 personas en UCI por coronavirus, ayer ya eran 654, con el 85,47% de ellos en ventilación mecánica.
Sebastián Bravo, jefe de la Unidad de Pacientes Críticos adultos de la Red Salud UC Christus, confirma el aumento, pero recalca la efectividad de la inmunización: “Hay un aumento en los casos, pero un aumento que ha sido mucho más lento en el tiempo en cuanto a los casos graves. Si uno hace un paralelo, con tres mil casos en la primera o segunda ola, los cantidad de casos graves era súper alta, ahora, efectivamente, hay casos graves, pero no es la principal ocupación del hospital”.
De acuerdo a los datos del Minsal, la tasa de ingreso a UCI es de 3,2 cada 100 mil habitantes sin protección contra el virus. En quienes tienen su esquema completo esta cifra desciende a 0,9, y en la población con el refuerzo quienes requieren una cama critica son 0,1 por cada 100 mil habitantes.
Tomás Regueira, jefe de Unidades Críticas de Clínica Santa María, señala que “los pacientes que ingresan son en su mayoría no vacunados, los pacientes vacunados que ingresan son personas que tienen algún riesgo asociado, por ejemplo son mayores de edad, tienen alguna enfermedad crónica significativa, como inmunosupresión y obesidad. Los pacientes vacunados, a diferencia de los no vacunados tienden hacer una enfermedad menos grave, más corta y con mejor resultado clínico”.
En la tasa de mortalidad la inoculación también tiene resultados positivos. Según las cifras, la incidencia en el grupo con la vacuna de refuerzo es cero, mientras que con dos dosis sube 0,4 y en el caso de los no vacunados aumenta a 1,1.
“En la mayoría de las vacunas de infecciones respiratorias, como la influenza, en general su efectividad está más dada en los cuadros graves de hospitalización y mortalidad que en adquirir la infección o en tener la sintomatología leve. Lo mismo pasa con la vacuna del coronavirus, su mejor respuesta está en la menor probabilidad de hospitalización y de mortalidad”, detalla Michel Serri, infectólogo de Clínica Dávila.
Fuente: La Tercera