Cuando se está en medio del debate previsional, vale la pena recordar que el sistema de pensiones fue creado pensando en cotizaciones permanentes durante toda la vida laboral, que en el caso de las mujeres es de unos 35 años. Sin embargo, la informalidad en el trabajo o la maternidad generan importantes lagunas, que repercutirán durante la etapa pasiva.
Por Daniela Morchio.
No es novedad que las mujeres a igual trabajo ganan un sueldo menor, que viven más que los hombres y,que terminan antes su vida laboral. Pero lo que probablemente aún no es del todo conocido es la crítica situación en la que se encuentran ellas a la hora de jubilarse.
Lo explica el profesor del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad Católica, Ricardo Paredes, en su trabajo “Pensiones y Tasas de Remplazo generadas por el sistema de AFP en Chile” del año 2013. Del documento de quien hoy conforma también la comisión de expertos previsionales que estudiará propuestas al sistema de pensiones se extrae una conclusión preocupante: dejando a un lado a las mujeres que cotizan por un año (efecto bono por hijo), el 66% de las mujeres pensionadas cotizó por menos de 20 años. Dicho de otra forma, sólo el 33,7% de las mujeres que se acogen a jubilación ha aportado por más de 20 años. Esto para un sistema que estuvo pensado para una cotización constante durante toda la vida laboral, es decir, por 35 años, suponiendo que se comienza a cotizar a los 25 años.
El estudio del mismo Paredes -elaborado para la Asociación de AFP- entrega otros datos de la situación de las mujeres. Si se considera a quienes han cotizado sólo por un año (bono por hijo), el promedio de cotización llega a sólo 6,2 años. Si se excluye, en cambio, aumenta a 15,7 años promedio. Bajo este escenario, entonces, ellas logran una tasa de reemplazo bruta promedio + 10 años de 51% y una neta promedio +10 años de 58%, frente a una tasa de reemplazo estimada a inicios del sistema en 70%. Una realidad diferente también si se compara a la de los hombres que en promedio cotizan 19,8 años.
Desde la Asociación de AFP explican que “los antecedentes muestran que las mujeres registran una menor densidad de cotizaciones que los hombres. Ello obedece, por una parte, a que un porcentaje importante de ellas se retira voluntariamente de la fuerza de trabajo, para dedicarse al cuidado del hogar. Ello, no constituye necesariamente un problema previsional, porque vivirá, como en el pasado, de los ingresos / pensión del cónyugue”. En la consultora Alfredo Cruz & Cía. recuerdan que “muchas veces la maternidad o la crianza de los hijos provoca períodos de lagunas previsionales que impactan directamente en su pensión y, por ello, para compensarlo deben estar constantemente realizando aportes adicionales”.
El trabajo del economista afirma que lo que “explica las menores tasas de reemplazo en el caso de las mujeres es sobre todo, la menor edad de retiro y las mayores expectativas de vida”. Entonces, con la evidencia clara “posiblemente los factores decisivos que pueden manejarse desde una perspectiva de política y que dicen relación con la contribución a los sistemas de pensiones, es la edad de jubilación y la tasa de contribución. A mayor edad, mayores serán las contribuciones, por lo que es esperable que, ceteris paribus, mayores sean también las pensiones”, sostiene el documento.
Y aunque hoy la situación es delicada, es esperable que en el tiempo presente mejorías. Según las conclusiones del economista “resulta esperable que en el tiempo, las mujeres progresivamente vayan mejorando las pensiones, puesto que su participación laboral es progresivamente en el tiempo, lo que aunado a las progresivas obligaciones de cotización para los independientes, debiera presentar un panorama relativamente favorable”. Coincide en este punto la Asociación de AFP, cuyos representantes recuerdan que “la densidad de cotización de las mujeres corresponde a personas que jubilaron recientemente y que nacieron en la década de los años ‘50, donde la mujer tenía una muy baja participación en el mercado laboral, situación que ha ido cambiando en forma importante en las últimas décadas”. Además, desde el gremio afirman que “la tasa de participación laboral de las mujeres en Chile, actualmente 48,5%, es aún baja, con relación a muchos otros países, lo que muestra que queda mucho camino por recorrer”.
Adicionalmente, el gobierno busca nivelar los salarios entre hombres y mujeres. Lo afirmó la Presidenta Michelle Bachelet en su discurso del 21 de mayo pasado: “tenemos que avanzar en una norma que queremos que sea ley del Estado: a igual pega, tiene que haber igual paga entre hombres y mujeres”. Y es que la brecha salarial aún se mantiene en niveles preocupantes del 23%, que inciden en los niveles de ahorro que pueden alcanzar las mujeres.
Mayor ahorro, mayor pensión
Los distintos actores que componen el sistema de pensiones y los expertos en la materia coinciden en que tanto hombres como mujeres requieren de un mayor ahorro para obtener una mejor pensión, en particular ellas por las razones ya descritas. Y una de las opciones que tienen para justamente incrementar el ahorro es el uso de Ahorro Previsional Voluntario (APV), herramienta disponible no sólo en las AFP, sino que también en fondos mutuos, corredoras de bolsa, aseguradoras, bancos. Sin embargo, si se revisan estas cifras la conclusión tampoco es muy alentadora. Según datos de la Asociación de AFP al cierre de 2013, 429.879 mujeres contaban con un APV, en su mayoría concentrado en las AFP (313.307), seguida por las compañías de seguros, corredoras de bolsa y fondos mutuos. Los hombres, en cambio, parecieran tener mayor consciencia de la importancia de ahorrar. 826.926 hombres tienen un APV, concentrándose también en la industria de las AFP. (584.544).
No hay dobles lecturas a la hora de evaluar la situación de las mujeres. En Alfredo Cruz & Cía. advierten de este escenario: “resulta alarmante la cantidad de mujeres que, estando afiliadas no cotizan en el sistema, y no lo hacen porque no tienen ninguna calidad de dependientes, independientes o voluntarias”. Entonces, ¿cuántas son las que sí están activas? Las cotizantes (total) a abril de 2014 son de 2.066.499. De ellas, el universo de dependientes concentra gran parte, con 2.015.603. Las independientes representan un total de 50.077 y voluntarias 819 personas.
Frente a este escenario, en la consultora sostienen que ellas “están en una situación desventajosa y tendrán muy bajas pensiones o tendrán que acudir al sistema de pensiones solidarias por el bajo monto de capital ahorrado. Lo más probable es que acudan al aporte previsional solidario de vejez para completar una pensión más digna”. Lo anterior no sólo representa para las mujeres una situación crítica, sino además una nueva presión para el Estado que deberá contribuir a las pensiones de ellas.
Y aunque en Alfredo Cruz & Cía. reconocen que “durante los últimos seis años hubo un aumento de la contratación de mujeres y por ende mejoró de alguna forma la densidad de cotizaciones”, ésta sigue siendo “insatisfactorio y poco significativo ya que se mantiene una gran brecha entre mujeres afiliadas y cotizantes”.