Empleadores locales solo pagan el Seguro de Invalidez y Sobrevivencia, equivalente al 1,26% de la renta imponible:
Propuestas de la CPC y la Asoc. de AFP a la Comisión Bravo insisten en necesidad de mayor contribución.
Por Cecilia Arroyo A.
El aporte de los empleadores chilenos a la pensión de sus trabajadores es la más baja entre los países con sistema de cuentas de capitalización individual, como el que administran las AFP.
Esto, según datos de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP), que considera la contribución que los empleadores de distintos países hacen a los sistemas privados y públicos de pensiones, incluidos seguros.
En el caso de Chile, el aporte de las empresas al sistema previsional es de 1,26% de la renta imponible. Sin embargo, este dinero no va al fondo de pensiones de cada trabajador, sino que corresponde al pago del Seguro de Invalidez y Sobrevivencia (SIS), con el que se cubren los riesgos de invalidez y fallecimiento del afiliado. Este seguro es de cargo del empleador desde 2011.
Chile se ubica por debajo de cualquier país con sistema de capitalización individual, donde el aporte de las firmas a los sistemas privados varía entre el 2,8% de Bulgaria al 12% de Colombia.
En comparación con países de la OCDE, Chile ostenta la misma posición. Brasil, Italia, Portugal y España son los países con mayor contribución de los empleadores a los sistemas, con tasas superiores al 20%. Chile está por debajo del 3,5% de Israel y del 5,5% de Canadá.
Aunque los expertos coinciden en que no hay fórmulas mágicas para replicar, existe consenso en que el aporte de los empleadores debe ser mayor. En concreto, diversas exposiciones ante la Comisión Bravo -como las de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y la Asociación de AFP- han planteado su idea de subir la tasa y que este incremento sea aportado por las empresas.
Distintas entidades han propuesto aumentos de entre dos y cinco puntos porcentuales.
¿Cuánto debe subir? Depende de la tasa de reemplazo que se desee, dice el gerente de estudios de la Asociación de AFP, Roberto Fuentes. «Si se sube en 1% la cotización, las pensiones subirán cerca de 10%. El efecto combinado de más años de vida y caída de tasas de interés afecta negativamente las pensiones futuras en cerca de 40%. Si se desea recuperar este nivel, debiese subirse cerca de 4%». Sin embargo, las AFP prefieren no sugerir una cifra concreta de incremento de tasa.
Respecto de quién debe asumir el alza, la economista de Libertad y Desarrollo Cecilia Cifuentes dice que cualquier ajuste impactaría los salarios o la contratación. En otras palabras, sería igualmente «de cargo» del trabajador. Agrega que debe haber un esfuerzo del trabajador para fomentar su educación previsional.
Desde la consultora Alfredo Cruz afirman que el alza de la cotización debe incluir al trabajador, al Estado y a las empresas. «Ampararse solo en el aporte de las empresas no es el camino indicado, salvo que se generen otros incentivos», dicen. El country head de Principal Financial Group, Pedro Atria, recuerda que la fórmula del ahorro voluntario colectivo «es efectiva en elevar la participación de las empresas chilenas a un nivel más cercano al resto de las de la OCDE».