Desde el Ejecutivo estarían evaluando proponer a la multisindical un monto entre $ 220 mil y $ 228 mil para la referida remuneración.

Por Juan Pablo Palacios
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Si hay un debate que ha sido complejo en los últimos años es el reajuste del salario mínimo. No obstante, la discusión de este año ha estado desplazada por la reforma tributaria y la agenda educacional.

A este escenario, se suman diferencias al interior de la CUT respecto de la forma en que se ha planteado la demanda salarial ante el gobierno.

En la multisindical, de todos modos, admiten que esta semana es clave en términos de definiciones, ya que -recuerdan- el reajuste debe empezar a regir desde la primera semana de julio.

En ese sentido, tras la segunda cita realizada el viernes, la presidenta de la Central, Bárbara Figueroa, aseguró que el ministro Arenas se comprometió a dar dentro de las próximas 48 horas hábiles una respuesta respecto de la cifra en la que se fijará el sueldo básico, plazo que se cumple este martes.

“El gobierno sabe que no tiene espacio para concordar y está ganando tiempo, esperando que se acerque la fecha para poder tener pocas reuniones con nosotros y que no se sepa hasta última hora la propuesta”, dijo Arturo Martínez, secretario general de la CUT, quien confirmó que hoy a las 11:30 habrá una tercera reunión con la autoridad.

El dirigente sindical adelantó que “para la reunión de mañana (hoy) no espero mucho” en términos de guarismo.

Y añadió que “en esta negociación el gobierno ha esgrimido el bajo crecimiento, la desaceleración de los salarios y están enredando el tema del salario mínimo con las reformas laborales”.

Al respecto, Martínez precisó que “están tratando de amortiguar el monto, que no debe ser muy bueno en la propuesta, con el hecho de que va a haber reformas laborales importantes en las próximas semanas con la presentación de un proyecto”.

La CUT presentó a principios de junio su propuesta de reajuste salarial para elevar el mínimo desde los actuales $ 210 mil a $ 250 mil, que significaría un alza nominal de un 19%. Además, solicitó un aumento adicional para zonas extremas de un 20%. Desde el Ejecutivo, estarían evaluando un monto entre $ 220 mil y $ 228 mil para el reajuste.

Ante ese panorama, para Martínez un reajuste en torno a los $ 225.000 sería adecuado, “porque o si no le va a quedar muy largo el tramo para llegar a los $ 250.000 a la mitad del período del gobierno”.

La principal organización sindical del país también espera que a partir de la reunión de hoy, se establezca una comisión donde se cambie la forma de debate de la política salarial en el país.

También existe el compromiso de parte de la autoridad de crear a mediano plazo una comisión tripartita y técnica, que calibre los parámetros con los cuales se va a zanjar el incremento del sueldo básico.

Visión del mercado

En términos técnicos, uno de los factores que ha sido gravitante en la discusión del reajuste es la inflación. A mayo, en doce meses, el IPC acumula un avance de 4,7% y a diciembre el Banco Central proyectó en el último IPoM que el indicador se situará en la parte alta de la meta: 4%.

Bajo ese marco, para la investigadora del Instituto Libertad y Desarrollo (LYD), Cecilia Cifuentes, un monto de $ 220.000 sería razonable para el alza del sueldo mínimo, “porque esa cifra estaría en línea con lo que es la inflación y el aumento de la productividad”, dijo.

La economista advirtió que “dado que la economía está en una fase de desaceleración subirlo más allá de los $ 220.000 podría generar más costos que beneficios, en términos de que podría desincentivar la contratación de jóvenes y complicaría la situación de la PYME”.

Cifuentes se mostró contraria a la meta del programa de gobierno de llevar el reajuste a $ 250.000 en 2016. “No me parece recomendable plantear reajustes plurianuales, o sea fijar metas que vayan más allá del período en curso, porque no se conoce exactamente cómo va a ser la evolución de la economía, en ese sentido sería riesgoso plantear metas nominales para períodos que abarquen plazos más largos”.

La experta también pidió avanzar hacia una institucionalización del debate con una comisión de técnicos para despolitizar el tema.

En tanto, el decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Manuel Agosin, planteó que “si se tuviera que hacer un cálculo para el reajuste sería la inflación más el aumento en la productividad del trabajo, e incluso se podría ir un poco más allá”. En ese contexto, Agosin advierte que un incremento más allá del 10% “sería bastante complicado, especialmente en un momento como el actual”.

El académico señaló que la discusión bajo los actuales parámetros “no tiene salida, a no ser que entendamos que la relación entre trabajadores y empleador es interdependiente y que ambos deberían hacer un esfuerzo conjunto”.

El presidente de Conapyme, Rafael Cumsille, informó que mañana el consejo de la multigremial tomará una definición respecto del alza del salario mínimo. De todas formas, indicó que un incremento a $ 250.000 tal como lo propone la CUT, afectaría la contratación en micro empresarios.

“Son legítimas las aspiraciones, pero el salto sería muy largo. Habría muchos microempresarios que no estarían en condiciones de pagar ese sueldo mínimo, sobre todo si además en el sector privado existen las gratificaciones de hasta 25%”, dijo Cumsille.