Según datos del Instituto Libertad, los hombres la mejoran en 44%:
Los cálculos consideran afiliados casados, con ingresos por $600 mil mensuales al momento del retiro, con un fondo acumulado cercano a $100 millones, y sin nuevas cotizaciones postedad legal.
Por Cecilia Arroyo A.
Un mujer chilena puede mejorar en 52% su monto de pensión si decide retrasar su edad de retiro cinco años después de la legal; es decir, en vez de a los 60 años, a los 65 años.
Así, pasaría de obtener una pensión de $307 mil al mes a los 60 años, a recibir $468 mil cinco años después. Los cálculos fueron desarrollados por el Instituto Libertad y consideran la situación de una mujer casada y con ingresos en su etapa activa por $600 mil al mes, cifra cercana al promedio de remuneraciones de las chilenas que cotizan en el sistema de AFP, de $549 mil. Además, el ejercicio estima un retorno de 5% anual, un fondo acumulado cercano a $100 millones llegada la edad legal de retiro y ninguna nueva cotización post 60 años.
En el caso de un hombre en las mismas condiciones, retardar la jubilación en cinco años implica mejorar la pensión en 44%. Esto significa incrementar el monto desde $484 mil a los 65 años, hasta $698 mil a los 70 años.
Las diferencias se relacionan al menor valor de la pensión de la mujer a su edad legal respecto del hombre. Esto se explica en gran medida por la mayor expectativa de vida que muestran las chilenas postedad legal de retiro, la que, según el Instituto, alcanza a 25,3 años. Los hombres, en cambio, deben financiar unos 18 años tras la edad de retiro, de acuerdo a los datos de la industria de AFP.
Es decir, las mujeres necesitan ahorrar mucho más capital que los hombres para jubilarse. Sin embargo, la realidad de las cifras del sistema muestra que ellas cotizan en torno a 41% de su etapa activa, esto es 14,6 años, de un total de 35 años de trabajo. Mientras, los hombres lo hacen en un 55%, es decir, 22 años de un total de 40 de vida laboral.
De ahí la importancia no solo de elevar la conciencia de ahorro particularmente en las mujeres, cuya edad de retiro es la más baja entre los países de la OCDE, según explica el director del Instituto Libertad, Antonio Horvath.
También hay que generar incentivos a la contratación o mantención de mano de obra de la tercera edad, según explica.
«Si no hay empleadores dispuestos a contratar sobre 55 años, no logramos nada con las reformas paramétricas, como elevar la tasa de cotizaciones o aumentar la edad legal de retiro», dijo el experto, en su presentación de propuestas para mejorar al sistema de pensiones, ante la Comisión Bravo.
Además, agrega, para favorecer el ahorro de las mujeres, se deben eliminar las inequidades propias del mercado laboral con respecto a salarios y cuidado de los hijos y estimular el retraso de la edad de jubilación.
«Es fundamental que tanto los empleadores como los trabajadores se beneficien de lo anterior, pues llama la atención que del total de ocupados, un mero 20% tenga más de 55 años y, de esa cifra, solo un tercio sean mujeres», afirma Horvath. Es decir, «hoy el mercado no privilegia a hombres y mujeres cercanos a la edad de jubilación, ni a las mujeres en general respecto a los hombres», añade.
Una alternativa para cambiar esto, en su opinión, es reenfocar los incentivos, y así como se subsidia hoy la contratación de jóvenes, se podrían generar mecanismos similares para personas con más experiencia.
Exponen en comisión
La Comisión Asesora Presidencial de mejora al sistema de pensiones, que lidera el economista David Bravo, recibió ayer las propuestas de representantes de la Asociación de Aseguradores, de Principal Financial Group, asegurador y dueño de AFP Cuprum; y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este último enfatizó en la necesidad de elevar el aporte estatal. «El peso de los pilares público y privado necesita estar balanceado, lo que requeriría un fortalecimiento del pilar público», dijo Helmut Schwarzer, representante de la OIT.