El ambicioso plan de la AChS al 2017. La principal mutual del país considera invertir casi US$ 170 millones para optimizar su modelo de operación y la gestión preventiva.

Su segundo período al mando de la Asociación Chilena de Seguridad (AChS) está cumpliendo Fernán Gazmuri. Apenas fue reelecto para encabezar el período 2014-2017, el timonel de la institución y también consejero de la Sofofa comenzó a delinear el camino que debía recorrer para continuar con el proceso de modernización iniciado en 2011, cuando se hizo cargo por primera vez de la presidencia de la AChS, en reemplazo del histórico Eugenio Heiremans.

El plan estratégico definido para los próximos tres años es tan ambicioso como el de su gestión anterior, que implicó transformar la organización, con el objetivo de ponerla a tono con los cambios que estaban experimentando las empresas y el mundo laboral en su conjunto. La actual hoja de ruta, por ende, implica darle continuidad al trabajo realizado, explica Gazmuri.

En términos gruesos, la estrategia comprende una inversión de US$ 168 millones y tres ejes principales sobre los cuales está cimentado el plan: el fortalecimiento de la gestión preventiva, la optimización del modelo de salud y la eficiencia operacional.

La AChS es el líder de las mutuales en el país. Tiene más del 50% del mercado, según Gazmuri. Una participación que aspiran a mantener, sin la urgencia de autoimponerse una meta de crecer más. “Nuestra meta no está centrada en aumentar ese porcentaje, sí en fortalecer nuestra gestión y asegurar la sustentabilidad en el tiempo. El liderazgo no significa ser el más grande, sino el mejor”, destaca.

Foco de la estrategia

Uno de los desafíos más importantes que la administración se trazó en este segundo tiempo, tiene que ver con reducir la tasa de accidentes laborales originados en sus empresas asociadas.

“El 80% de los accidentes laborales se produce por conductas inseguras”, precisa Gazmuri. Por lo mismo, agrega, clave son la prevención y la educación, “para que las personas tengan una actitud en el trabajo que permita evitar los accidentes”. Hoy, esa tasa se sitúa en 3,86% y la meta es llegar, a fines de 2016, con un nivel inferior al 3%. La caída en los últimos años, en todo caso, ha sido sostenida. En 2011 alcanzaba al 5,45%. “Eso significa que desde entonces hay 35 mil trabajadores al año que no sufren accidentes con días laborales perdidos”, destaca el timonel de la AChS.

Con las cifras actuales, Chile está a la cabeza de América Latina, en el promedio de la Unión Europea, pero sobre Estados Unidos, señalan en la AChS. Para reducir la exposición al riesgo, la organización -que cuenta con 48.279 empresas asociadas y más de 2,2 millones de trabajadores afiliados en todo el país- suscribió una alianza estratégica con la empresa norteamericana BST, líder mundial en seguridad dentro de las organizaciones.

La primera etapa de ese trabajo culmina en diciembre próximo. Actualmente, la AChS está desarrollando un programa piloto en 20 empresas, en las cuales está aplicando el modelo de prevención de la firma internacional y capacitando a los trabajadores. A este ítem, la institución tiene contemplado destinar US$ 35 millones en el período.

“Queremos desarrollar una cultura preventiva en la alta dirección de las empresas, en los líderes, los ejecutivos, supervisores y trabajadores”, subraya Gazmuri. Y agrega: “Preocuparse de la seguridad es un buen negocio. Cuando una empresa tiene una baja accidentabilidad mejora el clima laboral y aumenta la productividad”, asegura. El beneficio es relevante, añade. Estudios realizados en Estados Unidos dan cuenta de mejoras de 15% en la productividad en empresas que tienen una cultura preventiva, destaca el presidente de la AChS.

La asociación se propuso, además, disminuir la gravedad de los accidentes que se producen en las empresas, variable que se mide a través de la tasa de siniestralidad, esto es, cuánto tiempo estuvo en promedio el trabajador accidentado sin trabajar. Acá, el objetivo apunta a reducir los actuales 76 días por cada 100 trabajadores, a 62 días, detalla Gazmuri.

De manera adicional, la AChS se planteó bajar la tasa de fatalidad de los accidentes, llegando a un 3,4 por cada 100 mil trabajadores. Hoy, esa cifra se sitúa en cuatro.

Los proyectos clave

Uno de los proyectos cruciales de los próximos tres años es el mejoramiento del Hospital del Trabajador, que funciona desde hace 43 años y tiene 240 camas. La remodelación de las instalaciones implica una inversión de US$ 100 millones, para reacondicionarlo con tecnología de punta. El remozamiento incluirá desde los pabellones hasta las habitaciones, cuenta Gazmuri. “Hay que adaptarlo a los estándares de calidad de los tiempos de hoy. No queremos aumentar el número de camas, pero sí modernizar las instalaciones”, indica. Y cita un ejemplo: “Las piezas hoy tienen cuatro camas, pero no tienen baño en la habitación. El baño es común afuera y, a veces, incluso es el mismo que ocupa personal administrativo o las visitas. Queremos dotar las habitaciones de dos camas, con baño incorporado, junto con habilitar instalaciones sanitarias adicionales”, detalla.

A fines de este año se dará el vamos a esos trabajos.

Otro proyecto clave para la organización en este nuevo período tiene relación con aprovechar de mejor manera la infraestructura de salud que actualmente gestiona la asociación.

“Con los 96 centros de salud y 102 policlínicos que operamos, podemos ser un buen complemento a la salud pública y esa infraestructura y personal que tenemos podemos ponerlos a disposición de nuestros afiliados y sus familias”, señala Gazmuri.

¿Cómo hacerlo? El timonel de la organización cuenta que están trabajando en la elaboración de una propuesta que presentarán a las autoridades. “Por ejemplo, nuestros centros cierran a las 18.00, pero perfectamente podríamos tener un esquema que permitiera dar atención de urgencia en esos centros a la población o a las familias de nuestros afiliados”, dice. La arquitectura de la propuesta la tendrá definida dentro de este segundo semestre, adelanta Gazmuri.

El plan al 2017 también incluye reforzar el sistema operacional, para propender a un modelo más eficiente y moderno. El objetivo estratégico -en el que invertirán US$ 25 millones- considera un cambio relevante de la plataforma tecnológica y una integración de los sistemas de información y módulos de gestión. Un proyecto complejo de implementar, reconoce Gazmuri, porque, entre otras cosas, implica capacitar a cuatro mil personas.

Nuevo estatuto para mutuales

Relevante para la industria de las mutuales es el proyecto de ley que modifica el estatuto orgánico de este tipo de instituciones. La iniciativa legal ingresó a trámite legislativo en 2011, sin embargo, el avance desde entonces no ha sido el esperado por la industria.

A juicio de Gazmuri, el proyecto está bien enfocado y va en la dirección correcta, porque crea más instrumentos de prevención, se exige más transparencia y mayor eficiencia a las mutuales, plantea el timonel de la AChS. “Impone una serie de requisitos y exigencias a las mutuales que son necesarias, como por ejemplo, instrumentos que van a permitir aumentar las empresas con comité paritario, además de que cada firma deberá tener zonificadas las zonas de riesgo”, comenta.

La nueva normativa -una vez que se convierta en ley- podría implicar para la AChS tener que modificar sus estatutos. “Tal vez tendremos que cambiar el número de directores, forma de elegirlos, entre otras cosas”, afirma.

Para la institución, preocupante es que hoy el proyecto no tenga grado de avance. “Lamentablemente, el tema de la seguridad no está en el centro de las preocupaciones de los legisladores. Las reformas tributaria y educacional se han apropiado de la agenda legislativa”, lamenta Gazmuri.

Por lo mismo, en la AChS tienen pocas expectativas de que pueda haber algún cambio en el estado actual del proyecto. “Hay demasiados temas en discusión, lo que no es bueno. Se pierde un poco el foco. Urge agilizar la tramitación para un tema tan relevante como es la seguridad laboral”, enfatiza.

«El gobierno debe despejar luego el capítulo de la reforma tributaria»

¿Cómo ve el ambiente país en torno a las reformas en discusión?

Llama la atención que los grandes actores políticos no estén conscientes de por qué a Chile le ha ido tan bien en los últimos 30 años. Si uno mira hacia atrás, lo que hemos progresado, es enorme, deberíamos estar orgullosos. Y de esos 30 años, 25 años han sido gobernados por la Concertación. No obstante, es evidente que lo podemos hacer mucho mejor. El tema de la educación es una necesidad y el tema de mejorar las pensiones también, no hay discusión. Pero es importante que miremos los modelos de sociedad exitosos, los modelos de educación exitosos y modelos tributarios exitosos. Chile no puede estar inventando la rueda cada cuatro años. No podemos permitirnos una farra y copiar los malos ejemplos. Hay que mirar cómo se hace la mejor rueda y hacerla aquí.

¿Qué se quiere copiar?

Se está mirando a Argentina y Venezuela, que no son buenos ejemplos. Por ejemplo, en la Universidad de Buenos Aires, que es gratis, se gradúa sólo el 3% de los alumnos que ingresa. Hay más de un millón de alumnos y hay muchos que son eternos estudiantes, porque no tienen incentivo para terminar las carreras. En Chile, en educación hay que mejorar, pero tampoco es un desastre. Hace 12 años este país tenía 200 mil alumnos en educación superior, hoy tiene más de un millón. Se ha avanzado y se puede mejorar en calidad y en costo, no cabe duda. Pero miremos las buenas experiencias de afuera y conversemos.

¿Quedó conforme con el protocolo para la reforma tributaria?

Ojalá que lo que pasó con el protocolo sea el punto de inflexión para llegar a grandes acuerdos en otras reformas. Veo mucha confrontación. Si no dialogamos y no nos respetamos, no llegamos a ninguna parte. Y acá los gremios tenemos un rol fundamental en ser un aporte al debate de las políticas públicas. Estamos todos de acuerdo en las transformaciones que tenemos que hacer, podemos estar en desacuerdo en la velocidad y en los instrumentos y mecanismos, pero no podemos tratar de avanzar destruyendo o renegando lo que hemos construido. La reforma tributaria sigue siendo un factor de gran incertidumbre; lo más importante es que el gobierno despeje luego el capítulo de la reforma tributaria, para concentrarse en recuperar la senda de crecimiento y abordar otros temas también relevantes para el país.

¿Cómo cuáles?

Avanzar en el tema energético es clave; en productividad y en capacitación también es fundamental.

Otra reforma relevante para los privados es la laboral, que pretende eliminar el reemplazo en huelga. ¿Qué opina de ese cambio?

En materia laboral, las reformas debieran ir por el lado de modernizar el mercado del trabajo, considerando que la coyuntura económica atraviesa una desaceleración que está afectando el empleo. Cambios como el fin del reemplazo en huelga afectan fuertemente la productividad y no parecen primordiales en este contexto, siendo, además, una medida delicada en cuanto puede llevar a la paralización de faenas críticas.

Para ver la entrevista en el Diario La Tercera, descárgala AQUÍ

ACHS.