Una de ellas, según fuentes del gobierno, es generar distintos plazos para la entrada en vigencia de los contenidos de la iniciativa, comenzando con las temáticas menos polémicas. Titularidad sindical y fin al reemplazo en huelga se aplicarían más tarde. Además, se evalúa un timing distinto para las Pymes.
Por Pía Toro.
A un mes que se presente la reforma laboral en el Congreso, el tema respecto a cómo será implementada ha tomado fuerza dentro del Gobierno, sobre todo por las señales que se deben dar al mercado para despejar las incertidumbres que esta iniciativa puede provocar.
El puntapié inicial lo dio ayer el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, al referirse a la gradualidad de la iniciativa en el marco de la Enade 2014.
“La implementación de dicha agenda será consistente con el objetivo de recuperar el dinamismo del crecimiento de la economía y por lo mismo su aplicación será gradual, tendrá una transición en su implementación tal como lo hicimos en la reforma tributaria”, dijo Arenas.
Un implementación gradual, que según fuentes de Gobierno aún está en evaluación, analizando las diversas fórmulas que se pueden aplicar para ello.
Lo importante, dicen dichas fuentes ligadas al proceso de la reforma laboral, es que su aplicación esté acorde con la recuperación del crecimiento económico del país.
Así, indican, se está estudiando aplicar de manera escalonada los contenidos del proyecto, comenzando con las temáticas menos polémicas, que generen oportunidades de diálogos, y que no den espacio para las incertidumbres, tales como: simplificación de la negociación colectiva, mediación en cualquier momento del proceso, y ampliación de las temáticas de negociación, entre otras.
En este último punto, se está considerando poder tratar la adaptabilidad pactada de jornadas, algo que ha sido una petición del empresariado.
Por su parte, aquellas que provocan más ruido en el empresariado, como titularidad sindical y fin al reemplazo en huelga, se aplicarían más tarde, siguiendo la tendencia de la recuperación del dinamismo económico del país.
Además y dependiendo de las urgencias de tramitación en el Congreso, señalan desde el Gobierno, la implementación de la reforma no se realizaría apenas promulgada, sino que se establecerán tiempos específicos. Desde la Moneda se ha sondeado una implementación a partir de 2016 y que finalice con la administración de la Presidenta Michelle Bachelet.
Otra de las fórmulas que se analizan es que la reforma entre en vigencia de manera diferenciada para las Pymes y las grandes empresas, partiendo por éstas últimas. Así, y tal como se ha demandado por parte de algunos gremios de la micro, pequeña y mediana empresa, se daría un tiempo para que estas empresas de menor tamaño se acomoden al nuevo escenario.
Si bien en septiembre pasado la Presidenta Bachelet ya había anunciado una “gradualidad en la reforma laboral”, lo que fue confirmado ayer por Arenas, en Trabajo tomaron con sorpresa las palabras del ministro de Hacienda, ya que desde la cartera ven una gradualidad inherente a los procesos de negociación que lleve cada sindicato, dependiendo de los años de extensión acordados en cada convenio.
Diferenciación en las Pymes
Pero la reforma no sólo tendrá novedades en su implementación, sino también con el trato diferenciado que tendrán las Pymes.
Ayer la ministra del Trabajo, Javiera Blanco (junto a Roberto Godoy, quien está liderando el diseño de la reforma), se reunió con la Conapyme y la Unapyme para tratar este tema.
Según el presidente de la Conapyme, Rafael Cumsille, este trato diferenciado estaría centrado en procedimientos, por ejemplo, en las sanciones por prácticas antisindicales o por incumplimiento de la ley.
“Fue una reunión muy productiva. Vemos una muy buena intención de parte de la ministra. La Dirección del Trabajo también debe asesorar un poco más a las empresas de menor tamaño y ser un apoyo; no sancionar en primera instancia y generar capacitación, ya que muchas veces las empresas lo hacen por desinformación”. Y agregó que “estamos algo más tranquilos, pero hay varias interrogantes aún”, haciendo referencia a la solicitud que han hecho de quedar excluidos de la reforma laboral.
Por su parte, el secretario general de la Unapyme, José Luis Ramírez, indicó que durante la cita con la ministra también les confirmó que habrán procesos de diferenciación con las Pymes. “Por ejemplo, en una empresa en términos de información que no tiene capacidad de contratar abogados, va a ser asesorada con procesos de acompañamiento o mediación para poder llegar al mejor acuerdo”, sostuvo.
Además, desde el gobierno ya descartaron la negociación ramal interempresa en la reforma laboral, lo que deja tranquilos a los representantes de las Pymes. Lo que sí tendrán los sindicatos interempresas es titularidad sindical para negociar por los sindicatos de las empresas.
Al mismo tiempo, y para no tener problemas para la definición de las Pymes, desde el Gobierno señalan que se calificarían por cantidad de trabajadores en las empresas y no por ventas o facturación.