Claudio Soto dice que con esta instancia se busca un contacto directo con el empresariado para desarrollar las medidas pro inversión. Destacó que las propuestas de normativa y de gestión para agilizar proyectos “son concretas”.
Por C. Alonso y S. Valdenegro.
Dejó las oficinas de Agustinas 1180 para cruzar la Plaza de la Constitución e instalarse en las dependencias de Teatinos 120. Claudio Soto pasó de gerente de Análisis Macroeconómico del Banco Central a ser coordinador macroeconómico del Ministerio de Hacienda. Desde ese rol ha tenido que hacer frente al escenario de mayor desaceleración que el esperado, con un crecimiento acumulado de 1,8% para este año, y con perspectivas para 2015 de 2,7%, según el consenso del mercado.
Pese a ello, este ingeniero comercial y magíster y doctor en Economía de la Universidad de Nueva York se muestra tranquilo y confiado en que las políticas que están impulsando tendrán efectos positivos en la actividad del país.
Su cercanía con el tema no es menor, ya que este asesor del ministro Alberto Arenas será el secretario ejecutivo del comité de ministros del área económica, instancia que tiene como misión agilizar medidas para reactivar la alicaída economía, y bajo la cual se constituyó el comité pro inversión.
– ¿La creación de este comité pro inversión y la serie de medidas administrativas que se anunciaron responden a un escenario de emergencia para hacer frente a la mayor desaceleración?
– Desde 2012 en adelante comenzaron a surgir informes que hacían los distintos organismos, que nos decían que había proyectos que se estaban entrampando; y esto, en algún momento, se debía abordar. Ahora lo estamos impulsando, ya que nuestro diagnóstico es que más allá de la desaceleración y la caída del precio del cobre, existe dificultad para materializar proyectos. Hay espacio para mejorar la gestión del Estado y ciertos aspectos de la normativa que pueden estar entrampando la materialización de proyectos.
En concreto, respecto de un conjunto acotado de proyectos (por US$ 6 mil millones) hay trámites pendientes en el Estado que se pueden acelerar. Esto va más allá de la coyuntura.
– ¿Este escenario de desaceleración quizás fue el impulso definitivo para impulsar este tema?
– En algún momento había que hacerlo.
– ¿Cuáles han sido los cuellos de botella que han identificado en todo este proceso?
– El trabajo que se realizó previamente entregó como resultado las medidas de gestión y de normativas que ya se anunciaron. Estas propuestas parten de un diagnóstico conversado con el sector privado. Hay un trabajo de largo aliento para identificar temas que hoy estaban entrampando la materialización de proyectos.
Entonces, el trabajo previo se hizo en el levantamiento que se materializó en estas propuestas. Eso sí, se pueden ir afinando en algunas dimensiones, quizás más adelante, eventualmente puedan surgir nuevas propuestas de modificaciones. Esto es un trabajo continuo, donde la idea es ir escuchando al sector privado, ir recogiendo sus inquietudes y ver hasta qué punto se puede mejorar la gestión y la normativa.
– ¿Cuándo comenzará esta agenda a dar los mayores resultados? ¿Qué efectos tendrá en la economía?
– Tenemos un compromiso con la presidenta Michelle Bachelet de despachar las 27 medidas de gestión y normativas hacia fines de marzo y haber agilizado los trámites para abril. Las iniciativas de gestión y normativas no necesariamente se van a materializar en un proyecto, pero va a generar el espacio para que estos se concreten de manera más rápida.
– ¿Cómo se materializarán estos cambios en la normativa y la gestión?
– Hasta ahora no hay proyectos de ley, hay muchos cambios en instructivos y otros aspectos regulatorios.
– Usted ha sido el nexo con el sector empresarial, ¿cómo ha visto la recepción de este sector a las medidas que quieren impulsar?…
– Ha sido bastante buena y hemos tenido muchas reuniones. Es muy útil para nosotros, como gobierno, contar con la mirada del sector empresarial, ya que los representantes de los gremios tienen un contacto más directo con las empresas y su realidad, tienen una mirada más específica de algunos sectores.
– En este punto, ¿hay una mesa de trabajo permanente para este tema con el sector privado?
– No tenemos una mesa de trabajo permanente, pero la idea es establecer mecanismos de trabajo más regulares con los privados, sobre todo ahora que se ha institucionalizado el Comité Pro Inversión y el Comité de Ministros del Área Económica.
– Entonces ¿se puede generar una instancia más estable entre Hacienda y el sector privado?
– No tenemos plazo para la conformación de una instancia concreta, pero es una buena forma para seguir avanzando con el sector privado. La dinámica de trabajo del comité pro inversión y del área económica es bastante fuerte, por ello la idea es que tengamos un contacto directo con el sector privado.
– En el sector privado han señalado que más allá del mensaje, faltarían medidas adicionales. ¿Es suficiente con las presentadas hasta ahora?
– Las medidas para agilizar proyectos de inversión y mejorar la gestión pública y la normativa son bastante concretas.
Lo otro que tenemos es la Ley de Presupuestos 2015 que se acaba de aprobar, donde lo que está implícito es una política fiscal contracíclica. Ahora de lo que se trata es de materializar ese Presupuesto. Quizás como novedad lo que estamos haciendo como gobierno es adelantar en lo posible la identificación de los proyectos de inversión más relevantes, hacer todos los trámites administrativos previos a que se ejecuten, de manera de concretar el Presupuesto muy anticipadamente durante el año.
– ¿No tienen pensado nuevas cosas para reactivar la economía?
– Hoy de lo que se trata por el lado de Presupuesto es echarlo a andar y ejecutarlo de manera efectiva y eficiente. Y, por otra parte, tenemos una agenda de corto plazo, que es bastante ambiciosa en términos de acciones de parte del Estado.
– ¿Han calculado cuánto aportan estas medidas como piso al crecimiento para el próximo año?
– El tamaño del Estado es alrededor de 20% del PIB. Si el gasto público crece 9,8%, el piso para el crecimiento sería en torno a 2%. Ahora, no es que ese sea el piso del PIB el próximo año, pero es un número que indica el aporte del sector público.
– ¿Cómo ve la caída que han mostrado las expectativas de los consumidores y los empresarios? ¿Tocó fondo su caída?
– Las expectativas son muy endógenas, las expectativas se han ajustado a la baja conforme la actividad se ha ido desacelerando. Entonces, en la medida que comenzamos a ver mejores cifras de actividad, uno esperaría que las expectativas comenzaran también a mejorar. Esperaría que ambos temas fueran de la mano, lo que ayudaría a fortalecer la recuperación.
Mepco: Nadie vio caída del petróleo
– Cuando se diseñó el Mepco, ¿se esperaba una caída de la magnitud que ha tenido el petróleo?
– Nadie había previsto una caída tan brusca en el precio del petróleo. Es cosa de ver lo que había en los precios de los futuros. Ahora, el Mepco en su diseño tenía contemplada la posibilidad de hacer ajustes a los parámetros para reflejar cambios estructurales de los precios.
– ¿Queda espacio para seguir ajustando los parámetros?
– Ya están capturando las caídas y eso va a seguir ocurriendo en la medida que vayan pasando las semanas. Los precios locales van a reflejar los precios internacionales, el mecanismo está diseñado para que eso ocurra. Lo que pasa es que eso iba a ocurrir muy lento si no había un cambio de parámetros. Cuando estemos en el techo de la banda de precios, los cambios de precios serán de la misma magnitud que el cambio en la banda de precios.
«Empezamos a ver brotes verdes en algunos sectores»
– En el mercado se espera que la recuperación de la actividad sea más bien lenta. ¿Eso debiera ampliarse a las expectativas?
– Probablemente, durante los próximos meses no veamos tasas de crecimiento muy elevadas, pero confiamos en que hacia la segunda parte del año presenciemos niveles más robustos. Lo importante acá es que empezamos a ver brotes verdes en algunos sectores y un crecimiento más dinámico. Eso, de alguna manera, ya está en algunas ramas manufactureras y en las exportaciones industriales. Para el próximo año, esperamos que haya un mayor dinamismo por el lado del sector agroindustrial. De a poco iremos viendo cifras más dinámicas y eso debiera generar las condiciones para un cambio en las expectativas hacia adelante.
– ¿Cuándo debiera consolidarse ese cambio?
– Probablemente, aún sigamos viendo cifras de crecimiento más o menos bajas en la primera parte del año, pero empezaremos a ver mayor dinamismo hacia la segunda mitad del año.
– ¿No ven peligros de que se revise nuevamente a la baja el PIB potencial?
– El PIB potencial se puede revisar hacia arriba o hacia abajo. Eso lo determina el comité de expertos con los insumos que se le entregan año a año.
– Pero en vista de cómo están las perspectivas en el mercado, ¿la tendencia es más bien bajista?
– Ojo que el 4,3% es el mismo número que tenía el FMI para Chile, y muy similar también al que tiene el Banco Central. El PIB potencial se determina en base al crecimiento de la productividad y la fuerza de trabajo. La economía podrá crecer un poco más o un poco menos, pero no afecta cómo va a evolucionar la fuerza de trabajo. La productividad ha aumentado poco y como gobierno tenemos la tarea de aumentarla.
– Entonces, ¿este 4,3% es un piso? ¿No debiéramos esperar más bajas?
– Proyectar lo que va a decir un comité de expertos es lo más difícil que hay.
– En el Presupuesto, establecieron que la economía crecerá 3,6% en 2015. ¿Siguen viéndolo como factible? Las expectativas se han ido bajo el 3%.
– Si cambiamos la proyección hoy, significaría que estamos cambiando las proyecciones todos los meses. Y ese no es nuestro ejercicio.
– ¿Pero no se ve más complejo ese 3,6%?
– Hoy el mercado tiene algo más bajo que eso, sin duda. Como Ministerio de Hacienda tenemos una proyección de 3,6% que está en la Ley de Presupuestos, que se hizo con la información que teníamos hasta fines de agosto de este año.
– ¿Qué impulsará el crecimiento el próximo año? ¿Será el sector externo y la política fiscal?
– Hemos planteado que existen cuatro motores para el mayor dinamismo el próximo año: la depreciación del tipo de cambio real, tasas de interés de largo plazo que debieran mantenerse bajas, una política fiscal más expansiva y las agendas que estamos implementando como gobierno
– En el diseño de la agenda laboral, ¿qué tan importante es que nazca de un acuerdo transversal?
– Lo importante es escuchar a todos los actores involucrados y recoger las perspectivas de todos los actores. Eso es lo central y en lo que se trabajará en las instancias correspondientes. La agenda laboral es una oportunidad para buscar espacios de modernización de las relaciones entre trabajadores y empresas. Esto no es una amenaza para las empresas.