Tras la baja acumulada de $145 en el precio de los combustibles, el mercado estima un IPC de diciembre de -0,3%, mientras que el de enero estaría entre -0,1% y -0,3%.
Por Víctor Petersen.
Tal como la importante caída de los precios de los combustibles ha dado un respiro al bolsillo de muchas personas en las últimas semanas, en materia macroeconómica el efecto también ha incidido “aliviando” los altos registros inflacionarios de los últimos meses.
Y es que, de acuerdo con los expertos, la baja en las tarifas de los combustibles, que en 8 semanas acumulan un retroceso promedio de $145, ya implica un impacto de medio punto de recorte sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC), efecto que ya habría sido traspasado al menos en la mitad al indicador (contribuyendo al 0% de noviembre), mientras que el resto se vería reflejado en el resultado de diciembre y enero.
En este sentido, cabe destacar que si bien la disminución comenzó hace 2 meses, fue en las últimos 4 semanas donde el proceso a la baja se aceleró, luego de que el Ministerio de Hacienda decidiera modificar los parámetros del Mecanismo de Estabilización de los Precios del Petróleo (Mepco), para permitir traspasos mayores a $5 de la caída del precio del petróleo sobre el valor final al consumidor.
De hecho, sólo en este período las gasolinas acumulan una reducción promedio de $121, considerando la nueva baja informada ayer por Enap, de $20 por litro.
Al respecto, el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, afirmó que “es una buena noticia para el bolsillo de los consumidores, para los costos de producción, pero también una muy buena noticia para que el nivel de precios se mantenga estable”, aludiendo a la inflación.
Menores precios que según César Guzmán, economista de Security, serían aún mucho más bajos si es que no existiera el Mepco, ya que a su juicio sin este mecanismo las gasolinas estarían hoy $190 más abajo de lo que están hoy, ajustado por tipo de cambio.
Proyecciones negativas
La consecuencia más importante en este sentido es que las estimaciones de los expertos, tanto para diciembre como para enero en materia de inflación arrojan variaciones negativas.
Esto, considerando que la incidencia de este componente sobre el IPC no es menor, pesando más de 5% en el registro total de la canasta básica.
En este sentido, Fernando Soto, economista de BBVA Research, sostiene que en cuanto a los precios de combustibles “vemos todavía bajas potenciales en enero, pero ya en febrero y marzo deberíamos ver una estabilización. Con ello, estimamos un -0,3% para diciembre, y un retroceso de 0,2% en enero de 2015”.
Visión que comparte Antonio Moncado, economista de BCi estudios, quien apuesta que “nuestra estimación puntual para diciembre es de -0,3%, claramente con esta incidencia que es la más importante (gasolinas), pero sumada a bajas en algunas frutas y verduras, y en gas”.
Añade en tanto que para el primer mes del próximo año “proyectamos algo entre -0,1% y -0,2%, con un impacto del precio del petróleo, y otros efectos estacionales importantes, como alimentos, y bebidas”.
Por su parte Guzmán también apunta a un registro de -0,3 en el último mes del año, con “una incidencia de los combustibles en diciembre que podría llegar a ser de -0,5 puntos porcentuales”.
Mientras que para enero, destaca que los precios de los activos cerraron en el mercado proyectando nuevamente una baja de 0,3%, estimación que suscribe.
De materializarse el escenario de los economistas, la inflación anual cerraría el año por debajo del 5%, quedando en torno al 4,8%, bastante menor al 5,5% actual.