El 51% de los chilenos no logra hacerlo:
Los expertos advierten que los smartphones son uno de los grandes impedimentos para desligarse y explican que a los ejecutivos les cuesta aún más dejar de lado su rol de empleado.
Por María Paz Infante H.
La tecnología puede ser un arma de doble filo en vacaciones. Por un lado, los smartphones sirven para estar comunicados y organizar panoramas con amigos y familiares durante el período de descanso laboral; pero, por otra parte, la existencia del correo electrónico y WhatsApp podría también ser un impedimento para desconectarse del trabajo durante el receso.
De hecho, el 51% de los chilenos se mantiene informado de lo que pasa en la oficina durante sus vacaciones, según el informe Wormonitor de Randstad. De ellos, el 45% no puede evitar leer su correo electrónico en la época estival y un tercio cree que su empleador espera que esté disponible 24/7 para temas relacionados con su rol en la empresa. Natalia Zúñiga, marketing & communications manager de Randstad, señala que «en Chile existe una alta inclinación por permanecer conectado durante las vacaciones, debido a que el mercado laboral chileno es muy competitivo, sobre todo considerando que los índices de desempleo han aumentado este año, y a que la gente teme perder su trabajo». La ejecutiva comenta que el hecho de que un tercio de los chilenos crea que su empleador espera que estén todo el día atentos y disponibles en las vacaciones, puede deberse justamente a que hay mucha competencia. «Hay más profesionales extranjeros altamente calificados exigiendo rentas más bajas que profesionales chilenos», advierte.
Mientras más complejo es el trabajo, más difícil es desligarse. Salomón Magendzo, psicólogo de la Clínica Las Condes, explica que para los ejecutivos es aún más difícil dejar totalmente de lado el trabajo durante las vacaciones. «Mientras más monótono es el trabajo, más fácil es desligarse. Por ejemplo, para un cajero de un banco es más fácil que para un gerente que tiene que tomar decisiones», sostiene.
Pocos días
Otro de los obstáculos para no lograr desconectarse es que los descansos en Chile suelen ser cortos. «En general, uno necesita unos ocho o diez días para desconectarse. Eso significa que si se toman dos semanas, recién se empieza a desconectar y ya tiene que volver. Si se toman tres semanas, se descansan cinco o siete días», explica Rodrigo Gálvez, académico de la Facultad de Psicología UDP.
«Recién a los tres días la persona está eventualmente desconectada. Si se tomó una semana, va a estar muy poco tiempo desconectada, por lo que tiene que ser por lo menos dos o tres semanas», agrega Salomón Magendzo.
Recomendaciones
Los expertos concuerdan en que para lograr desligarse del trabajo, hay que evitar estar pendiente del correo electrónico e intentar dejar de lado aparatos electrónicos como el computador. Además, aseguran que planificarse antes de salir de vacaciones y armar panoramas que estén fuera de la rutina diaria ayudan a que las personas puedan descansar sin pensar en el trabajo.