La adquisición de una piscina por parte de las familias con niños pequeños es una doble responsabilidad: no sólo deben evitar que los más pequeños jueguen cerca de ella y caigan dentro, sino que también, deben enseñarles a conocer el agua y aprender a nadar para evitar ahogamientos. Karina Michea, pediatra de la Clínica Ciudad del Mar, entrega algunos tips para prevenir eventos traumáticos.

Hay diversas estrategias para combatir las elevadas temperaturas que están afectando a la zona central –las más altas de los últimos años- y una de las que están más a la mano son las piscinas. Y mejor aún si están en la misma casa.

Si bien es cierto que pueden ser una gran alternativa en esta fecha, los expertos ponen de relieve que se deben tomar medidas de prevención si en la casa hay niños pequeños. En este caso, advierten, deben adquirir un chaleco salvavidas, porque es la mejor opción para mantener a flote a un niño que no sabe nadar.

Karina Michea, pediatra de la Clínica Ciudad del Mar, los recomienda y no así los flotadores rellenos de aire. “Éstos sólo “son ‘ayudas de nado’, pero para que los usen adultos y personas que ya saben nadar”, advierte.

En todo caso, hace hincapié, los chalecos salvavidas en niños no reemplazan la supervisión de un adulto que sepa nadar.

ELECCIÓN

Elegir un chaleco salvavidas es una tarea que requiere cierto cuidado. En lo primero que hay que fijarse es que tenga una etiqueta con la correspondiente certificación de la Armada de Chile, remarca la especialista.

Debe ser adecuado para el niño, según su talla, peso, edad y contextura, añade.

Además, debe estar confeccionado con telas de alta visibilidad, para que el adulto encargado pueda reconocerlo rápidamente en el agua.

En su exterior, debe contar con una capa con filtro inhibidor de rayos UV, el cual retarda la decoloración del chaleco ante la exposición al sol.

Debe ser impermeable. Necesita tener un cierre compuesto de correas y de broches de 2.5 cm. Para los menores de 5 años debe tener correas entre las piernas y un “sujeta cabeza”.

“El uso del chaleco salvavidas no es sólo una recomendación, sino una medida de precaución imprescindible, sobre todo con niños menores de 4 años y en los mayores que no saben nadar, cuando estén en piscinas; además, se deben usar en todas las edades en embarcaciones”, destaca.

Este implemento puede salvar “a nuestros hijos de un ahogamiento y no sólo en la piscina, sino que también en los paseos en bote, en una laguna, un lago”, manifiesta Michea.

RECOMENDACIONES

La Asociación Americana de Pediatría entrega las siguientes recomendaciones para prevenir lamentables accidentes de los menores en las piscinas.

► Nunca deje solo a su hijo dentro o cerca de una piscina, ni siquiera por un instante. Un adulto que sepa reanimación cardiopulmonar debe estar encargado de supervisar a los niños en todo momento.

► Practique la supervisión de tacto con niños menores de 5 años. Esto significa que con solo estirar el brazo, el adulto es capaz de tocar al niño en todo momento.

► Debe colocar una cerca que separe su casa de la piscina. La mayoría de niños pequeños que se ahogan en las piscinas salen de la casa y caen a ésta. Instale una cerca de un mínimo de 1,2 metros altura en los cuatro lados de la piscina, que la distancia entre las barras verticales no sea mayor a 10 cm y sin barras horizontales que le permitan trepar. Esta cerca deberá separar completamente la piscina de la casa y el área de juegos del jardín. Use puertas que se cierren y bloqueen automáticamente, con seguros a una altura a la que su hijo no pueda alcanzar.

► Mantenga equipo de rescate (como un gancho con mango largo o un salvavidas) y un teléfono junto a la piscina.

► No utilice «ayudas para nadar» rellenas de aire como un sustituto de chalecos salvavidas aprobados.

► Saque de la piscina todos los juguetes después de usarlos para que los niños no tengan la tentación de sacarlos.

► Cuando los niños quieran salir de la piscina, ciérrela para que no puedan volver a meterse.