Los márgenes del negocio de las isapres siguen siendo los más bajos de la industria, mientras que los del área prestador son por lo menos 2,5 puntos superiores, y es poco probable que esa tendencia cambie.
Las incertidumbre sobre el tenor de las modificaciones que traerá la nueva ley para la salud privada, la estrechez en los márgenes del negocio asegurador y la proyección por un incremento en la demanda por atenciones clínicas, especialmente ambulatorias, están orientado las inversiones de Banmédica, BupaChile y del área Salud de ILC.
Hace 15 años el 68% de los problemas de salud de la población chilena era por enfermedades crónicas no transmisibles. En 2017 ese porcentaje ya había subido al 78% y según los cálculos existentes sobre el nuevo perfil epidemiológico en nuestro país, el porcentaje de las enfermedades con estas características serán el 83% del total de las dolencias de salud al 2020. Eso significa que prevalecerán enfermedades tales como obesidad, diabetes, cáncer, problemas cardíacos, y mentales.
Todas patologías que requieren de tratamientos largos, y en cuya mejoría –ya que hay que recordar que son condiciones prácticamente permanentes con las cuales se aprende a vivir- no sólo inciden tratamientos médicos sino también cambios de hábitos y de vida.
Pero eso no es todo. Según expuso el Dr. Cristián Baeza, consultor de la Organización Mundial de la Salud, en la última versión del Encuentro Nacional de la Salud, Enasa 2014, que se realizó a principios de diciembre, en 1990 el porcentaje de la población que padecía de cuatro o más morbilidades no superaba el 30%. Y para 2010 –indicó- ese porcentaje ya había subido al 46%, lo que significa que casi la mitad de la población chilena adolece de cuatro o más problemas de salud en forma simultánea.
A este panorama hay que agregar que nuestra sociedad vive un progresivo envejecimiento junto a un descenso de la tasa de natalidad. Las proyecciones indican que hacia 2020 los adultos mayores representarán ya un 20% de la población total y para el año 2050 los mayores de 60% serán el 30% de los habitantes de nuestro país, al igual como ocurre hoy en los países desarrollados.
Y mientras, la falta de acuerdos políticos, el exceso de ideologías en las discusiones y la ausencia de sentido práctico, mantienen a nuestros sistemas de salud organizados sobre una estructura de atención de urgencia y de enfermedades agudas, cuando debieran estarse preparando para atender la nueva prevalencia de enfermedades crónicas, de pacientes con múltiples patologías y de adultos mayores que necesitan de cuidados especiales.
Hoy los avances que se están produciendo en esa dirección vienen impulsados por un lado desde el mercado, y por otro por la incertidumbre respecto a los cambios legislativos para el sector, lo que está llevando a los grupos de la salud privada a introducir cambios en sus modelos de negocios. Y parte importante de esta tendencia es a buscar un mayor equilibrio entre el negocio asegurador (isapres) y el prestador (clínicas y centros médicos), lo que para la mayoría de las sociedades anónimas en este rubro implica reducir su exposición al primero y potenciar el segundo, especialmente en el ámbito de las atenciones ambulatorias.
Para la clasificadora Fitch Ratings, la discusión de nuevas regulaciones en el sector de isapres puede afectar negativamente la rentabilidad de las empresas que participan en este mercado, si bien el efecto final aún es incierto. “Tanto Banmédica como Bupa Chile (ex Cruz Blanca Salud) han enfocado su inversión en el sector de prestaciones, disminuyendo su exposición al negocio de isapres. Banmédica muestra una menor dependencia del negocio asegurador, el que representa un 49% de sus ingresos y un 21% de su Ebitda, mientras que para Bupa Chile este ítem es de 73% de sus ingresos y el 24% de su Ebitda a septiembre”, señala la clasificadora en su informe sectorial.
Ambos grupos ya experimentaron una alerta roja en 2013, cuando los márgenes de las isapres alcanzaron niveles particularmente bajos y fuertes descensos en sus resultados. En 2014 han experimentado una recuperación al lograr mayores eficiencias, pese a los incrementos en la siniestralidad, que para varios analistas es una tendencia que ha llegado para quedarse – a la luz del nuevo perfil epidemiológico de la población.
Sin embargo los márgenes del negocio asegurador siguen siendo los más bajos de la industria, mientras que los del negocio prestador son por lo menos 2,5 puntos superiores, y es poco probable que esa tendencia cambie.
Banmédica es, desde el punto de vista de los ingresos el principal grupo de la Salud que opera en el país con $ 794.312 millones a septiembre de 2014, y el con mayor número de camas con sus clínicas Dávila, Santa María, Vespucio, Ciudad del Mar y BioBío. Mientras su negocio asegurador (isapres Banmédica y VidaTres) redujo sus ganancias a septiembre en 16%, su negocio prestador las elevó 6,9%. Es también el grupo, controlado por las familias Fernández León y el grupo Penta, que va más avanzado en la expansión regional con presencia en Colombia y Perú, generando ya un 23% de su Ebitda en el exterior, negocio que elevó 20% sus ganancias a septiembre 2014 comparado con igual lapso del año anterior.
Le sigue Bupa Chile, controlado por el grupo anglohispano BupaSanitas quien ingresara a la propiedad a comienzos del año pasado, permaneciendo la familia Said con una participación minoritaria. Sus ingresos a septiembre 2014 alcanzaron $439.683 millones, generados en gran medida por el negocio asegurador, que experimentó una importante recuperación en 2014, tras haber deteriorado mucho sus resultados en 2013. Pero este es el negocio con los márgenes más estrechos del grupo.
En ambos casos, los proyectos de inversión en marcha están orientados 100% a nuevas instalaciones para el área Prestador, con un fuerte énfasis en las atenciones ambulatorias, que es donde se prevé el mayor aumento en la demanda en los próximos años.