Estudio encargado por el gobierno afirma que entre 2009 y 2013 las firmas en esta situación pasaron de 47.601 a 75.500.

Por Claudio Reyes.

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Un incremento de 58,6% presentó el número de empresas que, entre 2009 y 2013, registraron cotizaciones previsionales declaradas y no pagadas (DNP). Así se desprende del informe “Análisis y propuesta para reducir la evasión, subdeclaración y la cobranza judicial de la cotización previsional”, que fue realizado por la Corporación de Investigación, Estudio y Desarrollo de la Seguridad Social (Ciedess).

En efecto, entre 2009 y 2013, las compañías que usaron el recurso de las DNP pasaron de 47.601 a 75.500, con un promedio de crecimiento anual de 14,3% en el período de análisis, de acuerdo a la indagación, que fue licitada en 2014 por la Subsecretaría de Previsión Social, a solicitud del Consejo Consultivo Previsional y de la Comisión de Usuarios del Sistema de Pensiones.

Las DNP consisten en el descuento que el empleador efectúa sobre el sueldo bruto de un funcionario, con el fin de entregarlo al correspondiente administrador de sus ahorros para la jubilación. No obstante, y aunque la empresa reconoce un compromiso, ésta no las entera en el plazo legal y, por tanto, acepta la cobranza respectiva.

Dicho de forma más simple, esta práctica es una herramienta permanente en empresas de menor tamaño, que usan como fuente de financiamiento regular los ahorros de su personal, dice el informe.

Ahora bien, ¿por qué son importantes las DNP? Porque son dineros de los trabajadores.

El tema es de gran relevancia, expone Marcos Barraza, subsecretario de Previsión Social. “Se trata de la apropiación indebida de dineros que son de los trabajadores, que han de destinarse a pagar sus cotizaciones previsionales y se desvían como fuente de financiamiento de algunos empleadores”.

La evolución de las declaraciones no pagadas también ha ido al alza en términos monetarios. Por ejemplo, si en 2009 totalizaron$ 10.762 millones, en 2013 contabilizaron $ 16.912 millones.

Si bien las AFP pueden perseguir, mediante el cobro y acciones judiciales, el pago de esos dineros, no siempre se rescata todo. De hecho, cerca del 5% de los montos involucrados nunca se recupera, destaca la investigación a la cual La Tercera accedió vía Transparencia. Ese guarismo podría representar un acumulado sobre los US$ 800 millones desde el inicio del sistema de las AFP, en 1980, hasta 2014.

“En la medida que al trabajador, en su cuenta de capitalización individual, se le cotice con el monto y en la oportunidad que corresponde, claramente (sus ahorros para la jubilación) van a tener un mejor desempeño”, afirma María José Zaldívar, gerenta general de Ciedess.

Lo que señala la literatura relacionada con el tema es que este tipo de regulaciones (DNP) genera incentivos negativos, agrega Barraza. Y complementa: “Algunas empresas lo incorporan como una práctica de crédito rápido y, seguramente, más conveniente que el que pueden encontrar en el mercado financiero”.

“Esta facilidad es mal comprendida”, coincide Roberto Fuentes, gerente de estudios de la Asociación de AFP. “Su origen fue facilitar el pago de las cotizaciones a los trabajadores en un período en que la economía estaba sufriendo una crisis muy profunda y que apuntaba a la mantención del empleo y al reconocimiento de la deuda previsional”, explica.

Causas

Expertos consultados refieren aspectos coyunturales como elementos que podrían incidir en el alza descrita. Entre ellos, la crisis global que se contagió por el mundo en 2008 y el terremoto del 27 de febrero de 2010.

Por otro lado, hay un aspecto regulatorio, manifiesta Fuentes: “A partir de la reforma previsional de 2008 y de la creación de la DNPA (declaración y no pago automática), figura que permite un rol más activo en la cobranza, ha tenido como efecto que empleadores que no realizaban DNP y que, en la práctica, no las reconocían como deuda, en la actualidad se han visto empujados a declararlas, a fin de evitar las sanciones y multas que establece la ley”.

¿Correcciones?

El estudio del Ciedess no sólo hizo un diagnóstico. Además, elaboró una serie de propuestas para mejorar el espectro de las situaciones que contribuyen a la evasión y subdeclaración de cotizaciones previsionales. “A lo que se apunta es, justamente, a buscar las maneras para reducir la evasión en este ámbito”, plantea Zaldívar.

Con todo, en el texto se postula que el sistema previsional chileno basado en la capitalización individual “requiere de ajustes en la normativa vigente referida al proceso de declaración y cobranza. La magnitud del problema de las cotizaciones impagas, junto con la falta de coordinación oportuna entre los agentes involucrados, genera una sobrecarga de trabajo en la fiscalización y en la judicialización del tema”.

En esa línea, propone la existencia de un coordinador, pues su ausencia en la actualidad “entrega espacios que permiten a algunos empleadores utilizar un crédito automático (DNP) sin consentimiento ni autorización de los afectados”.