Chile ocupa el segundo lugar más bajo después de Japón:
De los 331 directores de las 40 empresas que componen el Índice de Precios Selectivo de Acciones (IPSA) 18 son mujeres.
Si bien la tasa de representatividad del género femenino en esos cargos de responsabilidad en Chile está aún muy por debajo de los niveles que exhiben otros países -ocupa el segundo lugar más bajo después de Japón- cada vez hay más mujeres en esas posiciones y la tendencia se ha ido consolidando en forma sistemática en los últimos años.
En 2011 solo el 1% del total de directores del IPSA eran mujeres, mientras que en 2012 y 2013 la tasa se ubicó en 3% y en 2014 llegó a 5,4%. Así lo muestra el último reporte elaborado por Comunidad Mujer y que se publica justo hoy que se conmemora el Día Internacional de la Mujer.
El reporte también muestra que las empresas del IPSA que tienen una mayor presencia de mujeres en los directorios son Ripley, Falabella, Cencosud, Colbún, Enersis y Endesa.
El informe releva los resultados mostrados en Europa, que pasó de la autorregulación, a leyes concretas en la materia. En 2012 se propuso una normativa en dicho mercado con el objetivo de alcanzar al año 2020 una participación del 40% de las mujeres en los puestos no ejecutivos de las sociedades cotizadas en bolsa.
En 2013, el Parlamento Europeo aprobó esta ley, que dio plazo al sector público hasta 2018 para cumplir con la cuota fijada, mientras que al sector privado se le dio tiempo hasta 2020. Si bien la ley expirará a finales de 2028, ya muestra resultados concretos, pues la presencia de mujeres en directorios pasó del 5% en 2010 a 18% en 2014.
Según la directora ejecutiva de Comunidad Mujer, Alejandra Sepúlveda, en Chile son dos las razones que más han pesado en la baja presencia de mujeres en directorios. En primer lugar, los estereotipos y sesgos que afectan las expectativas y evaluación que se tiene de las mujeres.
«Esto ha sido ampliamente estudiado e incide en que, a priori, muchas mujeres sean discriminadas al momento de ascender, debido a la visión tradicional que se tiene del rol que ellas cumplen como cuidadoras principales de la familia y que no haya un reparto de roles equitativo entre hombres y mujeres. Entonces, se espera que sean menos ambiciosas, que se resten de competir por motivos familiares, e incluso que sean peores líderes, al no estar disponibles 24/7», explica Sepúlveda.
La ejecutiva advierte un segundo elemento: la experiencia. «Aquí estamos frente a un círculo vicioso: las mujeres no acceden a las posiciones más altas de las organizaciones porque no tienen experiencia y, por lo mismo, tampoco tienen la posibilidad de adquirirla. Y las que lo logran, por lo general, se ubican en las gerencias de soporte (RR.HH., Marketing, Comunicación, etc.) y en menor medida en las de primera línea o en el núcleo del negocio, que tradicionalmente es el que conduce a la gerencia general. Es lo que llamamos la segmentación vertical», agrega.
Sin embargo, Sepúlveda destaca que se haya empezado a instalar con mayor fuerza la idea de que para acelerar el aumento de mujeres en directorios de empresas públicas y privadas, es necesario adoptar medidas de acción obligatorias, aunque sean transitorias. En esta línea, rescata el anuncio de la Superintendencia de Valores y Seguros de poner en consulta la norma general 341 para las sociedades anónimas abiertas, incluyendo por primera vez la solicitud de información sobre diversidad de género en gobiernos corporativos.
RIPLEY, FALABELLA, Cencosud, Colbún, Enersis y Endesa son las empresas que tienen una mayor participación de mujeres en sus mesas directivas.