Los niveles de incertidumbre asociados a estos eventos reducen la capacidad de maniobra relacionada con el ámbito de negocios, advirtió la CCS.
Por P. San Juan.
Las preocupaciones empresariales que ha tendido gradualmente a alejarse de los aspectos más estrictamente corporativos y, en cambio, se ha volcado con fuerza hacia tópicos relativos al escenario político interno y los cambios regulatorios en desarrollo, de acuerdo a una encuesta dada a conocer este lunes por la Cámara de Comercio de Santiago (CCS).
Los niveles de incertidumbre asociados a estos eventos de carácter externo a las empresas contribuyen a reducir la capacidad de maniobra relacionada con el ámbito de negocios, afectando negativamente las condiciones generales para la toma de decisiones, sostiene el estudio.
Asimismo la CCS señaló que este giro de las preocupaciones corporativas hacia el orden institucional (gobierno, regulaciones), responde, en parte, a los nuevos avances en la agenda de reformas, en medio de un escenario que se vuelve más complejo a partir de las acusaciones relacionadas con el financiamiento de campañas políticas.
De esta forma, los resultados muestran que después del tipo de cambio que ha mostrado alta volatilidad en los últimos trimestres, el segundo lugar del ranking de tensiones corporativas, con la mención del 17% de las firmas encuestadas, lo ocupó la incertidumbre política como el factor más desfavorable para su actividad.
La elevada incidencia de las preocupaciones relacionadas con la incertidumbre política no se registraba desde 2013, en pleno período pre eleccionario, en que este aspecto alcanzó niveles de hasta 30% del total de menciones. Anteriormente, en la fase eleccionaria de 2009, hubo también brotes en este eje de aprensiones corporativas, pero en magnitudes muy inferiores, de alrededor de 4%, desde porcentajes previos prácticamente nulos.
A diferencia de esos casos, el aumento registrado en esta oportunidad no se relaciona con eventos eleccionarios, sino con un clima de mayor incertidumbre y desconfianza derivado de las reformas legales y sensación de carencias de liderazgos orientadores que tensionan la gestión y dirección empresarial. Además, el aumento entre el último trimestre de 2014 y el primero de 2015 fue muy acentuado, y por lejos el de mayor crecimiento en el período, al avanzar desde 5,5% a 17% entre diciembre y marzo de 2015. Esto último puede deberse a los estadillos de casos como Penta, Caval, SQM, etc, señala el estudio.
Se aprecia además que esta vertiente de preocupaciones alcanza valores muy críticos en la pequeñas empresas, de por sí más vulnerables a los ciclos económicos y a los cambios regulatorios. Mientras en las medianas y pequeñas empresas, este aspecto absorbió alrededor del 9% de las menciones totales, en las pequeñas firmas subió abruptamente hasta un 32% (desde 4% en diciembre 2014).
Analizado por sector económico, el panorama es más parejo, aunque levemente más acentuado en Recursos Naturales, donde absorbió el 22% de las menciones.
La encuesta se realizó durante el mes de marzo de 2015 a un universo de 400 empresas, en la forma de consulta abierta, con mención espontánea por parte de las empresas, de manera de no condicionar el mapa de posibles respuestas.