Comentario del secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores, Arturo Marttínez
El presidente de la SOFOFA, sigue insistiendo en una fuerte oposición a las reformas laborales, las que se encuentran en segundo trámite en el Senado. El dirigente de los empresarios ha señalado que estas atentan contra la Democracia y que él, está preocupado por la libertad sindical y que la empresa debe mantener su facultad para extender unilateralmente los beneficios y que esta Reforma podría afectar al empleo y, por tanto, se debe mantener el reemplazo durante la huelga.
Para el Señor Hermann von Mühlenbrock, con la actual Ley Laboral todo está bien. Y su posición no podría ser distinta si con la actual Ley Laboral, los empleadores tienen todo para decidir a su antojo sobre las cuestiones laborales e incluso incidir, de forma determinante, en la actividad sindical.
El Señor de la SOFOFA trata de crear un fantasma y augura lo peor si se aprueba esta reforma. Con esta actitud, este señor trata de presionar al Parlamento para que desista en modificar una Ley Laboral que ha permitido abusos, malas prácticas empresariales y la vulneración de los derechos laborales y sindicales.
Y no estamos hablando de algunos empleadores. Estas prácticas son extendidas y masivas porque en nuestro país existe una cultura de poca valoración del trabajo y de atropello a quien lo realiza.
Detrás de esta preocupación que manifiesta el presidente de la SOFOFA, existe una clara manifestación de defensa del Código Laboral heredado de Pinochet, cuyo autor fue el ministro del Trabajo José Piñera, y que ha permitido a los empresarios, por 35 años, crecer con sus empresas y obtener ganancias pero con una contraparte de empleo precario, mal pagado, sin derechos, con subcontratos y con una fuerza laboral endeudada y necesitada.
Lo que a este señor le molesta, es la posibilidad de perder privilegios con los que han contado por 3 y media décadas.
El Señor von Mühlenbrock tiene derecho a expresar sus puntos de vista pero, que hable con la verdad y diga que usted está defendiendo el abuso y las malas prácticas porque esta Reforma busca, de alguna manera, terminar con una ley que significa sometimiento a muchos trabajadores.
No se disfrace de demócrata ni de defensor de la libertad sindical. Usted nunca se pronunció cuando en Chile se atropellaba la Democracia y los derechos más esenciales.