Consalud, VidaTres y Masvida han bajado el telón a puntos de atención en los últimos meses. Mayores costos de la salud, judicialización y desaceleración de la economía las ha llevado a tomar medidas de contención de gastos.
Por Juan Manuel Villagrán S.
Las Isapres se mantienen en alerta. El presidente del gremio de aseguradoras de la salud, Rafael Caviedes, junto a otros ejecutivos de la industria coinciden que este año las utilidades del sector podría retroceder en torno al 40%, alcanzando así unos
US$ 39 millones repartidos en las siete principales compañías abiertas.
Las razones tienen que ver, explican en el sector, con el creciente gasto de las empresas en los pagos de las costas judiciales que le hacen sus propios afiliados, que rondarían este año los US$ 30 millones, además del aumento en torno a 25% del gasto en licencias médicas y de 11% en gastos de salud.
A los dolores de cabeza ya existentes para las Isapres, se suma una reforma al sector que se ingresaría al Congreso el próximo mes.
Frente a lo anterior, algunas aseguradoras de la salud ya están tomando medidas administrativas para contener estos embates: el cierre de sucursales es una de ellas.
Prescindir de algunos puntos de atención
Un importante actor de la industria sostiene que además de las preocupaciones que tienen las aseguradoras por los crecientes gastos, en estas semanas se ha registrado el cierre de oficinas de algunas empresas del sector.
«Éstas están tomando medidas en el marco de un escenario pesimista y de menor crecimiento», dice.
Es que este último factor también está tomando fuerza, pues ello impacta en las rentas y en la menor propensión de los trabajadores para afiliarse a una Isapre, acota.
Según explican en la industria, el cierre de sucursales es una forma de restringir recursos. «No se puede tener el lujo de tener una sucursal en un pueblo pequeño o redundancia de oficinas en el sector oriente de Santiago, por ejemplo», señalan.
Si bien el fenómeno de cierre se ha dado en sucursales pequeñas, «esto refleja la actitud de cautela en materia de gastos administrativos, pues se prevé una situación más compleja», dice otra fuente.
Hasta el momento, Consalud informa que ha cerrado dos puntos de atención, uno en la Clínica Magallanes y otro en la Clínica Universitaria. VidaTres le bajó la cortina definitivamente a Traiguén y Victoria, mientras que en Santiago cerraron las ubicadas en Alameda y Moneda, que las concentró en un nuevo punto en Agustinas. Masvida, en tanto, trasladó la sucursal de Isidora Goyenechea en Las Condes a Alonso de Córdova. Sin embargo, la Isapre de los médicos cerró la que se ubicaba en Avenida Las Condes y derivó a sus clientes a dos puntos de atención –distinto a una sucursal- que tienen en la Clínica Christus UC de Marcoleta y otro similar que poseen en el Centro Médico Plusmédica de Providencia.
De todos modos, de las seis principales Isapres, todas poseen en torno a 60 sucursales en promedio, a excepción de VidaTres que tiene una treintena.
En Consalud aluden, además, otra razón para tener menos sucursales, como es la atención virtual.
«Más del 90% de la atención ambulatoria se puede realizar hoy en forma remota (…) Este proceso de facilitar la atención no presencial ha permitido cerrar una serie de sucursales en localidades de menor tamaño y concentrar los servicios en sucursales de mayor demanda de clientes manteniendo los niveles de servicio», reconoce el gerente general de la Isapre, Marcelo Dutilh.
Ligado a la mayor virtualización de los servicios hay Isapres, como CruzBlanca, que incluso han levantado una línea de Whatsapp con sus clientes.
El presidente de Isapre Óptima, Eduardo Sánchez, sostiene que «las Isapres en general han tenido que recurrir a eficientar al máximo sus operaciones debido a un entorno tanto económico y en especial regulatorio que les ha implicado disminuir sus márgenes a lo cual se suma un alto nivel de incertidumbre producto de amenazas de reformas».
Otras medidas de contención
Desde Isapre Colmena, su presidente, Gonzalo de la Carrera, afirma que no han cerrado oficinas «y esperamos no tener que hacerlo, pero si empeora mucho el escenario las compañías tienen que empezar a tomar cursos de acción para hacer frente a la realidad que tenemos hoy en día», recalca y reconoce que «las demás Isapres están tomando estas medidas para controlar su gasto y para poder hacer frente a esta realidad en que nos tiene inserta la indefinición del gobierno respecto a una reforma que sea viable».
Colmena para no tener que efectuar estos movimientos ha tomado otras acciones. «Hemos aumentado los incentivos al personal de cobranza para que cobren más y hemos negociado mejor con los proveedores», ejemplifica De la Carrera. En Óptima también detallan algunas medidas en esta línea y detallan que «mantenemos suspendidos cualquier incremento en los costos de administración en especial marketing y publicidad mientras no se tengan certezas de que es lo que va a ocurrir en materia de reformas».