Reforma laboral no menciona el rol de la automatización:
Labores rutinarias de complejidad media, fácilmente replicadas por robots, son actualmente las más afectadas y la tendencia debiera seguir al alza.
Por María de los Ángeles Pattillo.
El gran ausente en la actual discusión de la reforma laboral son las máquinas. Así lo cree el economista Víctor Martínez, profesor e investigador del Centro de Investigación de la Empresa de la Facultad de Economía y Negocios de la UDD. «La legislación se pone en el escenario de que el empleador solo puede contratar personas y regula esa relación, pero está olvidando que se puede sustituir a esos trabajadores por robots».
A su juicio, la reforma debería internalizar que distintas tecnologías, para sistematizar la producción en distintas actividades industriales, están bajando constantemente de valor. «El potenciar la sindicalización se traduce en que el empleado sea más costoso, y en ese sentido en el largo plazo va a convenir invertir en proyectos intensivos en tecnología más que en los intensivos en mano de obra», agrega.
Un estudio de los economistas norteamericanos David Autor y Daron Acemoglu destaca que en Estados Unidos se percibe un cambio en las dinámicas laborales desde 1980. El informe señala que hay una reducción de ciertos empleos que antes solían ocupar a mucha gente. «El denominador común de estos trabajos es que son rutinarios y pueden ser replicados fácilmente por máquinas», explica Martínez.
Empleos de baja y alta calificación suben
El escenario se está replicando en Chile, según la información de la UDD. Entre 1992 y 2013, las ocupaciones rutinarias que no exigían una alta escolaridad y que requerían de una habilidad media, se redujeron en un 14,1% y Martínez advierte que la cifra debiera ir al alza. «En general, estos empleos son reemplazados por máquinas y como hay pocos trabajadores que están capacitados, la gran masa termina yéndose a ocupaciones de menor nivel, que por un tema de tiempo aún no se pueden sustituir».
En esa misma línea, indica que los trabajos que requieren de una habilidad y escolaridad bajas, tienden a crecer. Según la investigación en 21 años subieron un 23,5% en Chile. Los empleados de call center , conserjes, lavadores de ventanas y afines se triplicaron entre 1992 y 2013.
Entre los académicos este fenómeno se denomina «polarización del trabajo», ya que al mismo tiempo que sube la cantidad de empleos menos calificados y bajan los de exigencia media, los que requieren de un alto capital humano y exigen tareas más complejas, tienden a crecer. En Chile, las tareas que requieren una habilidad alta subieron un 34,8% entre 1992 y 2013. Las ocupaciones que más crecieron fueron los profesores universitarios, con un salto de 733%, mientras que profesionales relacionados con informática aumentaron un 578% en ese mismo periodo.
«Uno de los principales impactos de esta polarización es el aumento de las diferencias salariales y de calidad de vida entre los trabajadores. En la década del 90 era posible encontrar empleados entre el 10% más rico de la población que no estaban relacionados con la tecnología, hoy eso no es así. El 10% más rico se disparó por la productividad que entrega la tecnología», dice.
La clave para evitar la sustitución por máquinas es la capacitación de la mano de obra, según Martínez y señala que este aspecto debiera incluirse en la reforma laboral.