Según cuentas nacionales del tercer trimestre:

«Sería cuidadoso en sacar conclusiones», pero se despejan algunas aprensiones, dijo el presidente del Banco Central.

Por LINA CASTAÑEDA.

La actividad económica se expandió un 2,2% en el tercer trimestre, una décima por encima de las estimaciones del mercado, acumulando entre enero y septiembre un crecimiento de 2,2%, informó el Banco Central.

Desde el punto de vista del gasto, el PIB fue impulsado por la demanda interna, que aumentó 3,6% en 12 meses, y fue parcialmente compensado por una caída de las exportaciones netas. La inversión se expandió un 7,1% tras un período de persistente caída.

La balanza de pagos arroja un déficit en cuenta corriente de 4,6% del PIB y acumula un déficit de 1,2% anual, explicado por la caída en las exportaciones. Los registros anteriores se corrigieron: en el primer trimestre, el superávit fue de 0,9%, en lugar del 2%; y en el segundo, de 0,1%, en lugar del superávit de 1,2% estimado anteriormente.

La expansión de 2,2% en la actividad está en línea con las proyecciones para el año del Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre, cuyo rango es entre 2% y 2,5%. La diferencia está en su composición, precisó el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara. El sector minero muestra un crecimiento negativo el tercer trimestre, mientras que el resto -que es más cíclico y relacionado con las condiciones de la economía en cada momento- presenta una expansión algo mayor.

«Yo sería cuidadoso en sacar conclusiones generales, pero al menos algunas aprensiones que había respecto al crecimiento se despejan», comentó Vergara. El crecimiento de la demanda interna fue más alto de lo implícito en el IPoM de septiembre, y la inversión muestra una recuperación importante donde, detalló, hay elementos puntuales y también otros que dan alguna esperanza de ser más permanentes, porque no solo se incrementa la importación de maquinarias y equipos, y la inversión en construcción sube 4,9%.

Con todo, reiteró que siguen latentes los riesgos de la desaceleración China que están repercutiendo en el precio del cobre y la normalización de la política monetaria en Estados Unidos, con sus efectos en el mercado, especialmente en el tipo de cambio, cuyo efecto en la inflación preocupa.

Al director de Clapes-UC y ex ministro de Hacienda, Felipe Larraín, le parece que un 2,2% «es un crecimiento paupérrimo».

El resultado, dijo Larraín, refleja la desaceleración o «frenazo» que ha tenido la economía chilena en los últimos dos años que, según sus cálculos -basados en un informe del FMI-, se explica en un 70% por factores internos y el resto por elementos externos. Estimación con la que Vergara discrepa, dado que un estudio del Central estimó que 1/3 es atribuible a factores autónomos y el resto al fin del ciclo de inversión minera asociado a la caída en el precio del cobre.

Tras el resultado del tercer trimestre, es probable que la economía crezca entre 2,1% y 2,3% este año, dijo durante un seminario de EuroAmerica el ex presidente del Banco Central, José De Gregorio. Esto llevará a un crecimiento promedio en torno a 2% en dos años, lo que consideró «bastante decepcionante».

Exportaciones
En un 0,9% disminuyeron las exportaciones en el tercer trimestre.