Solo hace 45 días se había asegurado que este año seguiríamos con un horario único, hasta que ayer la decisión se revirtió.

El ministro de Energía, Máximo Pacheco, anunció que el país volverá a contar con dos horarios: «El de verano va a regir por nueve meses y el de invierno, por tres meses».

Con esto, el 14 de mayo, cuando esté amaneciendo a las 8.30 en Santiago y a las 9.22 en Punta Arenas, vuelve el horario de invierno. Ese día, a las 00.00 los relojes deberán atrasarse una hora (GMT-4). Ese horario se extenderá hasta el sábado 13 de agosto, cuando volverá a regir el horario de verano (GMT -3).

Aunque previamente se extendían por seis meses y luego por cuatro, Pacheco explicó que se determinó una duración menor, pues «se logró detectar durante el periodo que tuvimos el horario único que los meses más críticos son esos (los de invierno), especialmente para la zona centro sur, y para aquellos hogares con niños en edad escolar».

Además, afirmó que el nuevo cambio de hora «es una solución que da cuenta del conjunto de las opiniones que se han recogido, y es un buen ejercicio democrático porque, como lo dijimos, esta no fue una discusión ideológica, ni valórica, ni política, ni religiosa. Esta es una discusión principalmente ciudadana».

Otro factor que pesó fue un aumento del ausentismo escolar. «Este no es un fenómeno que se dé a lo largo del país, sino que depende de la región», indicó.

Gonzalo Muñoz, jefe de Educación Escolar del Mineduc, agregó que «las cifras de ausentismo del 2015 efectivamente muestran un leve aumento respecto de los años anteriores, por lo que seguiremos de cerca lo que ocurrirá este 2016». Según los estudios encargados por Energía, en junio el ausentismo aumentó 2,4% en comparación a 2014.

En tanto, el psicólogo clínico José Luis Rojas, celebró la medida, pues «los niños necesitan despertar el cerebro para empezar a aprender. Y estaban llegando medio dormidos al colegio. La primera hora probablemente era totalmente árida».

Logros obtenidos

No obstante la decisión -que se extenderá por dos años- desde Energía defendieron los avances obtenidos.

«Los monitoreos de indicadores arrojaron que esta medida le permitió al país ahorrar en los hogares, y en definitiva en la cuentas de la luz, algo cercano al 1%», destacó Pacheco. Esto es equivalente al consumo residencial anual de Calama o Recoleta.

Según el ministro, con el horario único también hubo una caída del delito que ocurre en las tardes. «Los delitos en las tardes, entre 18:00 y 20:00, son más del doble que los de la mañana», aseguró.

Y agregó que «se determinó que habían disminuido los accidentes (de tránsito) en las tardes, especialmente en las áreas rurales, donde la luminosidad es natural y no artificial».

El año sin cambios

Fueron 150 días en los que, el año pasado, amaneció después de las 8:00. Los bostezos fueron comunes en los meses de invierno, al igual que las críticas al horario único. «Estamos siendo sometidos a una oscuridad que no teníamos presupuestada», señaló entonces el presidente de la Sociedad de Medicina del Sueño, Pablo Brockmann.

Mientras, Ernesto Evans, presidente de la Asociación de Mutuales, señaló que «quizás lo que estamos ahorrando en energía lo estamos perdiendo en días de trabajo perdidos y en productividad». Y Cristián Ocaña, encargado de innovación del Colegio de Ingenieros, apuntó a que los últimos gobiernos han hecho cambios «con 25 a 60 días de anticipación y la industria no puede reaccionar».

No fue todo. En la encuesta CEP de agosto pasado, el 58% de los entrevistados se mostró de acuerdo o muy de acuerdo con que la hora se cambiara.

A pesar de esto, Pacheco defendía la medida, afirmando que «no se le ha restado ningún minuto de luz a la gente. Lo único que se ha hecho es ver dónde colocamos la luz, si al principio o al final del día».

 

Fuente: El Mercurio