Hace unos días, una madre y sus tres hijos debieron ser hospitalizados de urgencia tras la inhalación de monóxido de carbono a raíz de una caldera para calefacción con fallas en su ventilación. El incidente ocurrió de madrugada y cuando llegó Bomberos todos se hallaban desmayados.
Si bien ya se encuentran fuera de riesgo vital, este grave hecho impulsó a la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) a hacer un llamado a la ciudadanía a revisar sus instalaciones de gas dentro de la vivienda, puesto que un mal funcionamiento puede ocasionar la muerte.
Según precisó el superintendente, Luis Ávila, el uso de energéticos, como el gas, conlleva riesgos que hay que minimizar. Ello se logra realizando las mantenciones periódicas que indican los fabricantes de cocinas, cálifonts, calderas, estufas o similares.
El cálifont
Precisamente, hace un par de semanas, advierten en la SEC, falleció una joven pareja en La Calera por inhalación de monóxido de carbono. En este caso, se debió al mal estado de un cálifont ubicado dentro de un pequeño baño, lo cual está prohibido por normativa.
Conocer cómo funciona este artefacto y mantenerlo en buenas condiciones es clave para evitar accidentes como el descrito, según afirman en la Mutual de Seguridad. Allí entregan algunas recomendaciones para tomar en cuenta el cálifont dentro del hogar:
Adecuada ventilación : su uso genera gases de combustión, como el monóxido de carbono, y consume oxígeno. Por eso, el lugar donde se instale debe contar con buena aireación.
Aislamiento : no es viable ubicarlos en lugares comunes y de uso frecuente por parte de la familia, como dormitorios o baños. En la cocina, no pueden hallarse cerca de los quemadores.
Llave de paso : que sea siempre de fácil acceso, de modo que permita cortar el suministro de combustible en forma rápida. Nunca hay que conectar el cálifont directamente a un cilindro de gas licuado.
Instalación certificada : esta operación debe realizarla un técnico competente, de acuerdo con las normas de seguridad exigidas por la SEC.
Para saber si el cálifont funciona bien, hay que fijarse en que la llama sea azul tenue, sin rastros amarillentos ni crepitaciones (chispas) y que no expela olores. Otra característica es cuando la temperatura del agua es la adecuada y no hay encendidos explosivos.
En la Mutual de Seguridad advierten que, ante cualquier anormalidad, hay que solicitar la inspección técnica inmediata a cargo de un servicio técnico autorizado, ya que podría ser necesaria una limpieza de conductos internos o alguna otra reparación. Aunque no haya problemas, aseguran, es aconsejable realizar este trabajo una vez al año.
Si ya ha ocurrido una emergencia por fuga de gas en cualquier artefacto, lo que toda persona debe hacer es ventilar el recinto y no realizar ninguna maniobra que pueda provocar chispas, como las producidas por fósforos o encendedores. Tampoco se aconseja prender la luz ni cualquier dispositivo eléctrico que genere corriente.
Jamás hay que buscar la fuga con un fósforo, sino que mejor hacer rápidamente una lavaza con agua y jabón y aplicarla con una brocha o esponja en los lugares donde se piensa que pueda estar la emanación. Si se producen burbujas, allí está la fuente. Es importante no utilizar el aparato hasta que se haya corregido el desperfecto.
Cilindros
En muchos hogares se usan estufas que funcionan con cilindros de gas. Para su manipulación, la SEC recomienda cambiarlos siempre con la llave del cabezal cerrada, para que la cantidad -inocua e inofensiva- de combustible despedido a la atmósfera sea mínima. No se debe realizar nunca esta operación cerca de fuentes de calor o del fuego, como mecheros, cigarros o estufas.
El gas propano y butano pesan más que el aire, por lo que los balones llenos y vacíos siempre deben estar en posición vertical. Si se produce un escape, advierten en la SEC, no hay que abrir o cerrar ningún circuito eléctrico, ya que estos producen descargas capaces de provocar un incendio o explosión.
Fuente: El Mercurio