Gracias a la última Encuesta Nacional de Salud (ENS 2010) se sabe que en Chile el 67% de la población tiene problemas de exceso de peso. Peor aún: de este porcentaje, el 25% tiene obesidad y el 2%, obesidad mórbida. Ahora, por primera vez un estudio midió el impacto financiero de la enfermedad en el país. La investigación, llamada ‘Medición de la carga económica actual de la obesidad en Chile y proyección al año 2030’ fue realizada por investigadores de la U. de Chile y de la U. de Santiago y financiada por Fonis-Conicyt y el Ministerio de Salud (Minsal). El estudio calculó que -por conceptos de atención de salud, discapacidad, ausentismo y mortalidad prematura- en promedio cada año el país gasta 1,4 billones de pesos, cuatro veces y media lo que se gastará en la reconstrucción del Hospital Félix Bulnes. De esa cifra, 455 mil millones corresponden sólo al costo directo; es decir, a atenciones de salud, lo que equivale a casi cinco veces el presupuesto del próximo año de la Ley Ricarte Soto.
El estudio, tras cruzar datos epidemiológicos, prevalencia de enfermedades y mortalidad, entre otros, concluyó que en promedio, y considerando los gastos generados entre 2010 y 2030, el país ‘pierde aproximadamente el 0,81% del PIB en pagar las consecuencias de la obesidad, como tratamientos médicos, enfermedades asociadas, pensiones de invalidez, ausentismo laboral, pérdida de productividad y mortalidad prematura’, dice Cristóbal Cuadrado, académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile y líder de la investigación. Sólo para este año se estima que se gastará el 0,54% del PIB en todos los costos asociados a la obesidad. De ese total, y sólo por costos directos de la atención de salud y tratamientos por obesidad y enfermedades asociadas, se destinará el 2,4% del presupuesto anual del sistema público y privado de salud. Para 2030, los costos totales serán el 1,46% del PIB de ese año y en los directos, el 3,9% de todo lo que gasten ambos sistemas.
‘La proyección imprime urgencia para generar políticas que disminuyan este problema de salud’, dice Cuadrado. Lorena Rodríguez, jefa de Nutrición y Alimentos del Minsal, dice que el estudio junto a otros que se están haciendo (ver nota secundaria) darán un panorama más general de la situación de la obesidad en el país, el impacto que están teniendo las políticas públicas que se han implementado y si es necesario tomar nuevas medidas para combatir esta enfermedad. Inflamación Andrea Huidobro, especialista en nutrición y colaboradora del Centro Avanzado de enfermedades Crónicas (Accdis), explica que las enfermedades asociadas a la obesidad son fundamentalmente aquellas relacionadas a la resistencia insulínica y a niveles crónicos de inflamación.
‘El mecanismo en general es la liberación de factores inflamatorios por parte del tejido adiposo, lo cual genera los cambios fisiológicos que permiten el desarrollo de estas enfermedades’, explica. A esto se suma que esta inflamación empeora la resistencia a la insulina y posteriormente, determina el aumento de los niveles de azúcar en la sangre (diabetes).
‘Los factores de inflamación aumentan la resistencia de las arterias lo que incrementa la presión arterial. Los triglicéridos se incrementan por la hiperinsulinemia y porque la inflamación incrementa la acción de la hormona que libeestara estas grasas de los depósitos. Todos estos mecanismos van aumentando el riesgo de accidentes vasculares de manera potencial, ya que las arterias acumulan grasas, reaccionan con más inflamación y se hacen vulnerables a accidentes de placa (rupturas) cuyo coágulo puede tapar parcial o totalmente una arteria, generando los infartos’, explica la especialista. Gastos en el trabajo
A fines del año pasado la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la U. de Talca midió cuánto más dinero le cuesta a las empresas chilenas un trabajador obeso respecto a uno con peso normal. Tras medir 26 variables -entre las que se consideraron ausentismo laboral, productividad, atrasos y licencias médicas- estimaron que un trabajador obeso es 6,34 veces más caro.
Otros datos arrojados por esta encuesta: al mes el grupo de trabajadores obesos tuvo una media de 1,37 días de ausencia, versus 0,12 días de los no obesos. Hace dos años la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y la U. Mayor estudiaron los accidentes laborales. ¿La conclusión? Las personas que tienen una circunferencia de cintura mayor a la recomendada tienen un 31% más probabilidades de tener un accidente de trabajo. Y si son sedentarios, la probabilidad aumenta 23% con respecto a las personas que realizan actividad física regular.
Fuente: La Tercera