2016 debía ser el año de mayor inversión de parte del Estado en los hospitales del plan de inversiones del Gobierno, que pretende dejar 20 construidos antes de marzo de 2018.
«Y efectivamente lo fue», dice la ministra de Salud, Carmen Castillo, al consultársele, aunque las cifras definitivas sobre ejecución del presupuesto estarán, dice, el 10 de enero.
Sin embargo, el balance del año es positivo para la autoridad: «Hay muchos hospitales que vamos a poder exhibir en muy poco tiempo. En marzo vamos a tener cinco hospitales terminados, de los 20 comprometidos como gobierno. Empiezan a verse ya los hospitales ya terminados».Y agrega que «el funcionamiento es otro componente que depende de cada realidad: Penco-Lirquén es distinto a Puerto Williams… Se deben asimilar los nuevos espacios, con tecnología de punta, informática nueva, telemedicina, es un cambio importante para los funcionarios que laboran ahí, que tienen que adaptarse».
-Luego viene la etapa de implementación y puesta en marcha, ministra. El desafío es mayor, porque no basta con construirlo…
-«Nos preocupamos de que realmente las estructuras sean de calidad y que los equipamientos sean absolutamente certificados. Eso es un trabajo muy riguroso y por eso intervienen tantos organismos en la cadena de desarrollo. Nosotros, como desafío, queremos dejar diez de los 20 hospitales funcionando, inaugurados y operando como un hospital que brinda las atenciones en forma integral. Ahora, el compromiso de gobierno es dejar veinte hospitales construidos».
-El 2017 es un año electoral, y los hospitales son grandes obras públicas, pero también pueden considerarse botines políticos. ¿Cómo se va a garantizar que se inauguren en los momentos adecuados?
-«Los plazos ya están establecidos. Salvo alguna movilización o catástrofe, queremos que a marzo de 2018 esté todo listo lo comprometido».
-¿No se van a apurar obras?
-«Es que apurar significa arriesgar. Una buena edificación tiene ciertos plazos para algunos elementos que hay que colocar… Las obras son complejas, hay establecimientos con pisos mecánicos, de gran complejidad, con tecnología de punta, que obligan a un paso a paso. Se puede influir más en la tramitación administrativa, pero ya en la construcción es muy difícil. Uno tiene que ser en eso muy ejecutivo».
Listas las relicitaciones
-¿Qué tanto ha impactado que Contraloría no haya tomado razón (trámite ineludible para celebrar un contrato de la envergadura de los hospitales) de las últimas cinco licitaciones de hospitales?
-«Los establecimientos representados -nombre del acto administrativo usado por la entidad contralora- son del grupo 2, de los que van a quedar en construcción. A uno le preocupa, y sabe que a nadie le interesa frenar un proceso de construcción tan importante como lo son los hospitales. Por lo tanto, sabemos que el contralor debe estar preocupado por representar estos establecimientos. Pero cada cual cumple con su rol y nosotros hemos evaluado los recintos señalados por Contraloría porque no ameritan una tramitación como corresponde y que en este caso hemos querido relicitar. Estamos en proceso de relicitar cuatro de los recintos señalados. Ya las fechas están indicadas: el 29 de diciembre fue Linares; Las Higueras de Talcahuano, el 28 de diciembre; Ñuble, el 12 de diciembre, y el Barros Luco, el 22 de diciembre. Esos son los cuatro señalados por Contraloría que no tenían autorización y que había que revisarlos. Ya están nuevamente en licitación».
-¿Le parece que debe existir cierto criterio de proporcionalidad al momento de analizar estas licitaciones, porque puede parecer excesivo frenar la inversión en un hospital por la falta de documentación respecto de la experiencia de una prevencionista de riesgo (como ocurrió en el caso del hospital de San Antonio)?
-«Nosotros quisiéramos que nada hubiera tenido traspié, quisiéramos haber avanzado sin tener que relicitar, pero también estaba la oportunidad de adjudicar con alcance, pero el contralor optó por esta otra alternativa, y es válida también para la mirada que él tiene».
-Si este es el criterio a aplicar por Contraloría, parecería duro el panorama a futuro, con el resto de las licitaciones…
-«Fuimos a verlo, le pedimos que aclarara la mirada que tenía respecto de los establecimientos en materia hospitalaria y de atención primaria, y que capacitara a nuestros funcionarios que están participando activamente en distintas comisiones en los procesos de licitación y adjudicación».
-Respecto de la deuda de los hospitales, ¿cómo terminó 2016?
-«Primero, decir que un alto porcentaje de la deuda, refrendado por estudios que deben ser validados técnicamente para ser dados a conocer, en un 85% es por la estructura del sistema que nos impide pagar las acciones sanitarias a un precio real. Por lo tanto, hay un 15% que podemos atribuir a gestión, y estamos trabajando con redes para que pueda contener, acotar y evitar que siga aumentando. Asocien esto a un año con cuadros respiratorios intensos, dos peaks muy llamativos que hicieron que nuestro nivel de presión de trabajo fuera altísimo y que tuviéramos que reconvertir camas de forma muy audaz, y también comprar camas, por el hecho de que ningún paciente fue dejado de lado, teniendo posibilidad de acceder a una cama de alta complejidad».
-¿Y en términos de monto, ministra?
-«Estamos todavía en devengo (calculando las asignaciones de recursos)».
-¿Qué le ha dicho el ministro de Hacienda?
-«Que sea lo menos posible. En este momento estamos en pleno proceso de devengamiento, pero la cifra exacta la tendremos el 10 de enero, de ejecución y deuda. Son elementos que en este momento están en pleno desarrollo».
-Respecto de la ley que modificó el Eunacom, ¿qué es lo que va a pasar con el sistema de salud el 14 de febrero -fecha en que deben salir los médicos contratados hasta 2014 que no tengan aprobado el test- y qué va a pasar a futuro?
-«La última ley que se aprobó permite que los médicos especialistas extranjeros no tengan que dar el Eunacom, pero que pasen por otro filtro técnico que avale que son especialistas en algún área de la medicina es importantísimo, por el hecho de que el Eunacom era muy de médico general y un oftalmólogo, por ejemplo, tenía que pasar por este proceso que para nosotros no constituía una buena vía de evaluación. Por lo tanto, el Eunacom ahora va a quedar para los médicos generales y para los especialistas, estos tienen que pasar por Conacem para que valide la especialidad».
-Tengo entendido que los especialistas beneficiados son alrededor de 80…
-«Nosotros estimamos que son más. Solo en Illapel hay 13. Deben ser muchos más. La cifra exacta la vamos a tener después, porque muchos trabajan hoy como médico general. No están identificados (…). Ahora este médico que estaba trabajando en la atención primaria podrá, tal vez, pasar al área hospitalaria con esta posibilidad».
-En los 90 fueron los médicos ecuatorianos y cubanos, después fueron los colombianos, ahora los venezolanos… ¿Cree que en los hospitales hay una multiculturalidad en materia de equipos médicos que puede ser aprovechada?
-«Es muy interesante, porque nos hace tener miradas diferentes, uno comparte experiencias distintas. Ahora, esto no es diferente al resto del mundo, la multiculturalidad ya es un hecho real, estamos teniendo migrantes que están sumándose a nuestra sociedad y se están integrando bien (…). El migrante es un tema que nosotros queremos, ojalá, desde el sector salud, darle el apoyo en cuanto a la atención, y a estos médicos especialistas, que vengan a trabajar con nosotros, bienvenidos sean».
Fuente: El Mercurio