«La vida en Chile no es muy fácil. La gente gasta todo su tiempo en trabajar, en el Transantiago, en pagar cuentas, el sobre endeudamiento. El hecho que jardines y colegios tengan horarios que no coinciden con el trabajo de los padres, son factores que inciden en la depresión», resume Ana María Gazmuri, psiquiatra de la U. Andrés Bello (Unab). Por eso no sorprende que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara en su informe «Depresión y otros Desórdenes Mentales Comunes», presentado ayer, que en Chile 844.253 personas mayores de 15 años tienen depresión, es decir, el 5% de la población.
Peor aún, según el informe, otras 1.10 0.584 además tienen ansiedad, correspondiente al 6,5% de la población. Las cifras son una estimación hecha por la OMS sobre la base de datos oficiales enviados por el Ministerio de Salud (Minsal) , como la Encuesta Nacional de Salud entre otros. Para Lister Rossel, psiquiatra de la Clínica Las Condes, la forma en que se vive hoy es la causa de estas altas cifras.
«La modernidad parte cuando no sabemos el nombre de nuestros vecinos, las redes sociales desaparecen, la comunidad empieza a ser remplazada por individuos, y un ciudadano que antes sentía que era parte de un colectivo, ahora es alguien que debe resolver todo solo», afirma.
La depresión es un tipo de trastorno mental cuyos principales síntomas son «un ánimo sombrío, insomnio en la mitad de la noche, decaimiento», explica Gazmuri. Rossel agrega que la depresión hace que «la persona llegue a pensar que es una persona de poco valor, que el presente está lleno de agobios y piensa un futuro sin esperanzas». En cambio, los trastornos de ansiedad están más relacionados al estrés y a la sensación de amenaza.
«Con la depresión te despiertas a la mitad de la noche y después no puedes volver a dormir, pero con la ansiedad no puedes quedarte dormido pensando en cómo resolver las cosas», indica Gazmuri. En la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, el 17,2% de los mayores de 15 años en el país reconoció sintomatología depresiva (no necesariamente depresión, por eso la disparidad con las cifras de la OMS), un mal que afecta principalmente a las mujeres, de las cuales un 25,7% afirma haber sentido alguno de estos síntomas (ver infografia).
Presupuesto insuficiente
Mauricio Gómez, jefe del Departamento de Salud Mental del Minsal, afirma que para que un tratamiento sea efectivo, la depresión debe tratarse de forma integral y no solo con fármacos, lo que requiere más recursos de los que actualmente dispone el ministerio. «La salud mental es de bajo costo en tecnología, pero de alto costo en recursos humanos. No se requiere solo un médico psiquiatra, sino de psicólogos, trabajadores sociales. En los últimos estudios, identificamos los gastos en salud mental del sistema público y solo el 2% del presupuesto va a salud mental, siendo que debería tener entre el 5 y 6% del presupuesto». En 2005, la «depresión en personas de 15 años y más» se incorporó a las Garantías Explicitas de Salud (GES o Auge). Según cifras de la Superintendencia de Salud, desde esa fecha a septiembre de 2016, han ingresado más del millón 60 mil casos a través de Fonasa y cerca de 245 mil a través de Isapres, siendo uno de los diez problemas de salud con más ingresos. ‘Que la depresión sea cubierta por el Estado es positivo. Es de alto valor para los pacientes y, según lo que me ha tocado ver en congresos afuera, los colegas de otros países de América latina me cuentan que les gustaría tener este sistema», cuenta Rossel. Gómez explica que el gran avance que han hecho ha sido aumentar los centros de salud mental en el país. «Hemos estimado que en Chile el 25% de las personas que tiene problemas de salud mental está en tratamiento. Ningún país tiene el100% cubierto. Los países desarrollados están en el 50%. Nosotros, en el desarrollo que estamos, podríamos llegar a una cobertura del 40 o 45%». Respecto a lo anterior, Gazmuri dice que «la depresión es una enfermedad crónica, recurrente, los pacientes deben tener al menos ocho meses de bienestar para descontinuar un fármaco. Tiene que haber psicoterapia, cambios de estilos de vida. Lo más importante es que sigan un tratamiento integral, con equipos multidisciplinarios». Rossel cree que la clave para tratarla está en reinstalar concretamente la sensación de red social contenedora.
Fuente: La Tercera